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Melania Trump, o cómo acabar para siempre con el punk con una chaqueta

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Getty Images
 

Melania Trump, una chaqueta militar y cientos de niños en jaulas : “Realmente no me importa, ¿y a ti?”

víctor parkas

22 Junio 2018 12:37

Escribir de niños en jaulas es algo que te gustaría no tener que hacer. Ni me gusta, ni quiero hacerlo. No me queda otra opción que la cita. “Tanto a las puertas de Europa o como a las de Estados Unidos”, escribía aquí Luna Miguel sobre la separación de familias en la frontera con México, “que nuestra respuesta sea arrebatarles ese vínculo, cortar sus lazos y separarlos con desprecio de su futuro, es equiparable a una amputación, a un atentado terrorista, al peor de los crímenes. Como escribe el novelista Emiliano Monge: es el fin de la empatía. Y así, aniquilando la empatía, desconectando el ser de quien vigila del ser del vigilado, se inauguraron siempre los fascismos”.

Ayer, Melania Trump tomó un avión, su avión, en las cercanías de Washington: se disponía a visitar uno de los centros de detención para menores migrados con los que la Patrulla Fronteriza de Texas separa a las familias que están intentando acceder al país por la frontera con México. Cuanto aterrizó en el estado del sur, la polémica —dentro de la polémica— ya había estallado.

Melania Trump, para visitar un centro con niños acinados y entre rejas, había elegido una parka militar en cuya trasera se podía leer: I really don't care, do u?

Realmente no me importa, ¿y a ti?

Getty Images

“El ‘realmente no me importa, ¿y a ti?’ escrito en la parte posterior de la chaqueta de Melania se refiere a los medios de noticias falsas”, tuiteaba Donald Trump, su marido y el máximo responsable de la separación de familias en la frontera, a las pocas horas de que se hubiese desatado el escándalo. “Melania ha aprendido lo deshonestos que esos medios pueden ser, ¡y a a ella ya no le importa!”.

Según fuentes cercanas a las Casa Blanca, el tweet de Trump era puro revisionismo: la micro-crisis había pillado de improviso a su equipo de comunicación, que decidió saldarla con un improvisado, negacionista y muy poco convincente tweet.

La chaqueta de la vergüenza es una prenda de Zara con un precio de 39 dólares, porque Melania, pese habitar la casa blanca, quiere vivir como la gente común a la que cantaba la banda británica Pulp: “And the stupid things that you do”, resuena en Common People, “because you think that poor is cool”.

El diseño de la parka, con esa leyenda que imita pintura blanca sobre tela, remite, sin embargo, no al brit pop ni a su estética, sino al do it yourself de la moda punk y postpunk. Por consonancia de mensajes, el abrigo de Melania no puede sino recordarte al que vestía Sam Riley como Ian Curtis en el biopic sobre el cantante de Joy Division Control.

'Control' (Anton Corbijn, 2007)

Joy Division, en una época dónde el nazi chick todavía parecía inocuo, tomaron su nombre de las ‘divisiones felices’ del Tercer Reich, los espacios de los campos de concentración en los que presas judías eran separadas de sus familias para ser utilizadas como esclavas sexuales por soldados alemanes y prisioneros con tratos de favor.

Con la segregación y la humillación del débil comienzan, como nos recordaba Monge, todos los fascismos. Con la chaqueta de una Melania fuera de control, termina para siempre la licencia provocativa que diese alas al punk. Como dijo Daniel Abraham: “En la época de la crueldad performativa, ser buena persona es la hostia de punk”.

“Sé la hostia de punk”.

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