¿Cuánto ridículo hemos hecho en Internet durante los últimos 365 días? Recopilamos una serie de vídeos de challenges que nos facilitan la respuesta
La historia del Challenge Viral se remonta a la Antigua Grecia, cuando los ciudadanos de Atenas salían a las puertas de los tempos a ver quién era capaz de sacrificar más vacas en honor a un dios que no sabían muy bien si existía. Los poetas de la época cantaban las hazañas, con versos jugosos y rítmicos que conseguían abrir los ojos y los oídos de la audiencia en el ágora. "Mira la rapidez con la que este campesino degüella cabras frente a la estatua de Ares". "Cientos de personas se suman al reto de arrancar cuernos de animales, ¿te atreverás a hacerlo?" "Alguien está vertiendo sangre a las puertas de la Acrópolis, ahora es viral". Eh,
mmm.
Perdón.
Obviamente ese párrafo cuenta bastantes mentiras.
Pero lo que sí es real es el ridículo y la vergüenza ajena que nos ocasiona al leerlo. Esa misma sensación basuril que nos provocará dentro de unos años encontrarnos con las cosas estúpidas que hicimos para molar en redes sociales. Para "sumarnos" a un reto. Para "conseguir" estar ahí, por un puñado de likes.
Como si un like fuera un billete. ¿De cuánto valor? ¿O con destino a dónde?
Este 2018 quizá batió el récord de retos virales en redes. Con el ánimo de EVITAR A TODA COSTA que 2019 lo supere en chorradas, hemos hecho una lista que quizá sirva de paseo de la vergüenza, propia y ajena, porque, reconozcámoslo, todos tenemos un poquito de culpa en este teatro...
...cuando nos ponemos ñoños con Matilda y el regreso a los 90...
...cuando nos da por parecernos a payasos en una audición de Tricicle...
...cuando Drake pone nuestras vidas en peligro...
...y nosotros ponemos en peligro las vidas de los demás animales...
...cuando, no contentos con el susto, preferimos romper nuestros iPhones...
...y al mismo tiempo fingir que nos duele algo, pero no...
...cuando recapacitamos y por fin hacemos algo que puede salvar vidas...
...y bueno, venga, que le den a cómo nos verán los humanos del futuro, si en realidad aquí no nos lo hemos pasado tan mal...