Los vecinos de Aitoliko se han visto sorprendidos por una rápida extensión de nidos de arácnidos de la familia ‘Tetragnathidae’n
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La mayoría de las personas no tiene un especial cariño por las arañas. Es verdad que algunos son muy fans y las tienen de mascota y admiran sus muchas cualidades y esas capacidades increíbles que llevaron al inefable Stan Lee a crear uno de los superhéroes más seguidos y admirados de todos los tiempos (Spiderman, claro). Pero, en general, la sensación de aprensión, grimilla e incluso miedo es lo que la mayoría de los humanos sentimos cuando nos encontramos ante estos animales de ocho patas, ojos saltones y colmillos afilados.
Ahora imaginemos que, en vez de una o dos arañas caseras, hemos de enfrentarnos a millones de ellas. Posiblemente la descripción más adecuada para algo así es sencillamente “pesadilla”.
Lo cierto es que estamos rodeados por millones de arañas, de todos los tamaños y subespecies, escondidas en todo tipo de recovecos y cuevitas, y viven a nuestro alrededor, manteniendo un equilibrio ecológico imprescindible incluso para la existencia de nuestra especie, pero sin que seamos demasiado conscientes de la inmensidad de su número. Al menos hasta que nos encontramos una inmensa tela de araña de más de trescientos metros de largo que cubre árboles y plantas a lo largo de la línea costera, como si se tratase de un embalaje natural. Todo amaneció cubierto una mañana en la ciudad de Aitoliko, al oeste de Grecia.
El impactante vídeo nos muestra un paisaje de pesadilla que parece preparado por especialistas de Hollywood o un colectivo de padres encargados de ambientar una noche de Halloween, pero no. Todo lo que vemos es resultado del proceloso trabajo nocturno de las arañas Tetragnatha.
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Esta especia vive en muchos lugares del mundo, también en Europa y los Estados Unidos, son muy versátiles, tan ligeras que incluso caminan sobre el agua y es cerca de lagos y ríos donde construyen sus increíbles telas.
Quienes las conocen saben que no son en absoluto peligrosas. “Este tipo de arañas no son peligrosas para los humanos ni causarán ningún tipo de daño a la flora de la zona. Han tenido una fiesta y pronto morirán”, explican desde el departamento de Bióloga de la Universidad Democritus en Grecia.
Los científicos saben que el fenómeno no es tan raro y que realmente se produce cada pocos años cuando se produce una combinación adecuada de oportunismo y tiempo: “Cuando un animal encuentra comida abundante, altas temperaturas y humedad suficientes, tiene las condiciones ideales para procrear abundantemente. No es más que una explosión de natalidad de las arañas”.
En una situación así, quizá en lo que haya que centrarse, más que en dejar volar la imaginación con escenarios de pesadilla, es en la sabia Madre Naturaleza que envía a estas arañas a las zonas húmedas en los momentos de calor para ayudarnos a combatir a otros insectos que quizá no nos dan tanto asco pero que, éstos sí, nos chupan la sangre y que son uno de sus platos favoritos: los mosquitos.
Sí, la causa del crecimiento de población de arañas es el aumento de mosquitos, y todo es un fenómeno estacional.
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