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La verdad detrás de estos objetos hará que tu mente explote

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El chef Ben Churchill quiere jugar con los límites de nuestra mente y nuestros sentidos

Playground community

09 Julio 2018 20:42

Nuestro cerebro es extremadamente fácil de engañar, porque siempre necesita buscarle sentido a todo de manera lógica. El problema viene cuando dos o más sentidos no se ponen de acuerdo o cuando lo que vemos, oímos, olemos no se corresponde con lo que dicta el raciocinio. Un perfecto ejemplo de eso son estos postres que no son lo que parecen.

Parece una pizza de salami pero en verdad es un bizcocho de mazapán con chocolate y mermelada de fresas

Ben Churchill es un joven chef de 31 años que hace tiempo decidió dedicarse a crear postres que jugasen a desafiar las expectativas y las capacidades perceptivas de nuestros cerebros. Su genialidad reside en elaborar dulces que no despiertan precisamente el apetito, retando a los comensales a dejarse llevar por el paladar y no por los ojos (algo contraintuitivo en la restauración profesional).

Ben suele referirse a sí mismo como “El Ilusionista de la Comida” y tras años de experimento gastronómico se ha convertido en uno de esos chef-estrella que triunfan en redes sociales como Instagram.

De origen británico y residente a las afueras de Londres, este chef intrépido tarda entre un día y seis meses en elaborar cada una de sus creaciones. Al parecer Ben comenzó creando estas trampas dulces en su tiempo libre con la esperanza de que algún día las pudiera ofrecer en su menú del restaurante. Un día que ya es una realidad.

Parecen pimientos, pero son tartas de chocolate con chili

Ben aclara que todos sus platos cuentan con un sabor “perfectamente equilibrado”. Para ello debe encontrar ingredientes que le permitan jugar con la textura y sin sacrificar el sabor. Por ejemplo, para dar la sensación de putrefacción de una naranja utiliza merengue de chicle en polvo. O para crear colillas de cigarrillos utiliza distintos chocolates que luego moldea.

Ben tiene muy claro que su objetivo es inspirar a la gente para que salga de su zona de confort: “Mis clientes pueden experimentar desde confusión hasta recelo o humor, siempre haciéndoles pensar fuera de sus límites con mis creaciones”.

Él mismo comenzó este proyecto con ganas de llevar la gastronomía a su límite. “Me cansé de los postres convencionales y comencé a preguntarme cómo de lejos podía llegar”, cuenta. No le importa si las reacciones de los comensales son buenas o malas, porque lo que a él le gusta es la discusión que sus creaciones provocan.

Cuando trabaja con frutas, normalmente piensa en el resultado final y desde ahí trabaja hacia atrás. Pero su inspiración para otros dulces puede llegar de los rincones más inesperados: “Simplemente me surge una idea en la cabeza, o estoy jugando a un videojuego y pienso ‘molaría convertir eso en un postre’”.

Además de postres deliciosos con muy mala pinta, Ben también ha usado sus dotes artístico-gastronómicas para recrear con dulces algunos objetos de series tan famosas como Harry Potter, Juego de Tronos o Star Wars.

Seguramente sea difícil imaginarse cómo debe ser comerse algo que parece perfectamente una pizza pero sabe a mazapán. Pero ¿acaso hay algo más divertido que engañar a la mente y superar nuestros propios límites?

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