La Iglesia Católica en Kenia suspende a un sacerdote por rapear en misa. Lo que podría haber sido un éxito para atraer a los más jóvenes, se convierte así en un problema
El padre Paul Ogalo es un sacerdote muy popular en el oeste de Kenia. Pupular incluso antes de que se volviera viral un vídeo de él rapeando a su congregación. De pronto todo el mundo en Kenia quería conocerle, así que el pasado 6 de mayo se le ocurrió invitar a su iglesia a varios equipos de noticias.
Ogalo, o ‘Sweet Paul’, como lo llaman sus admiradores, apareció frente a su congregación al aire libre y con un micrófono. Comenzó entonces a rapear y las monjas a bailar. Todos, desde adolescentes hasta mujeres de mediana edad, vestidos con sus mejores galas del domingo, dieron vueltas alrededor de Ogalo mientras agitaba las manos y pateaban los pies. Al ritmo de los tambores, y en su lengua materna, transmitían así sus creencias.
En una entrevista con la BBC, Ogalo dijo que se sintió inspirado para empezar a rapear el evangelio después de que unos jóvenes murieran pisoteados en un evento musical en Nairobi en 2004. "Me dije que esto no debería pasar", explicaba. "Si los jóvenes quieren entretenimiento, pueden ir a la iglesia a rezar, a jugar y a divertirse".
Ogalo comenzó a escribir canciones tratando de alejar a los jóvenes de la mala vida, las malas sustancias y la cárcel. Pensó que así podría conectar con ellos y acercarles a la iglesia y a un estilo de vida más sano y constructivo. También utilizó el arte dramático, las artes marciales y la poesía para enseñar sobre temas como el VIH/SIDA y el cambio climático, viajando a escuelas y centros comunitarios para transmitir su mensaje.
"Tratamos de ayudar a los jóvenes a entender lo que es la vida y también a utilizar el arte para vitalizar el mundo", declaró el sacerdote. "Tenemos mucho poder en nuestras manos y la juventud es muy fuerte. Solo necesitamos ayudarlos a cultivar el potencial que hay en ellos".
La líder juvenil de la iglesia, Violet Menya, dijo que muchos jóvenes acudían en principio a la iglesia por el rap, pero lo importante era que seguían regresando. "Estamos felices de que su estilo de predicación atraiga a muchos jóvenes a la iglesia. Él ha sido mentor de muchos chicos para que abandonen el uso de estupefacientes y abracen la agricultura, los negocios y otras actividades”.
Pero aunque Sweet Paul podría haber sido un éxito para atraer a los más jóvenes, la Iglesia Católica no está de acuerdo con sus métodos.
El obispo Philip Anyolo, de la Diócesis Católica de Homa Bay, confirmó esta semana a varios medios de comunicación keniatas e internacionales que habían suspendido a Ogalo de la misa principal durante un año porque "el uso de la música rap en la predicación no está permitido”.
Al parecer, pretenden que en este tiempo el padre Ogalo se replantee sus métodos. A nosotros nos parece que, en un país tan problemático como Kenia, quizás la Iglesia debería preocuparse menos por cómo se predica el evangelio y más por si eso puede ayudar a los jóvenes a seguir un camino mejor.
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