Una académica pide a los profesores que empiecen a usar palabras más neutrales
Este tío es un genio. Mi hermano es un genio. Ese científico también lo era. Estamos habituados a escuchar muchas veces la palabra “genio”, pero en menor ocasiones la leemos en su forma femenina. De hecho, la palabra ‘genia’, aunque se se escucha en países hispanohablantes como Argentina, no se considera una acepción válida según la RAE.
La academia del español urgente Fundeu aconseja mantener la forma masculina en cualquier caso, aun si nos referimos a “una niña genio”.
Lucy Delap, académica de literatura británica y especialista en género de la Universidad de Cambridge, ha pedido a los tutores de la institución que intenten evitar el uso de palabras estereotipadas o comúnmente asociadas al género masculino. Entre ellas está ‘genio’; pero también ‘clase o estilo’ (flair) o ‘brillantez’ (brilliance).
Delap afirma que el uso de este tipo de palabras hace que las mujeres no se sientan incluidas o representadas en estas categorías, que tradicionalmente se asocian al hombre. Por lo tanto, la académica aboga por encontrar otras palabras alternativas más inclusivas.
El uso de estas palabras no solo comportan connotaciones de género, explica Delap, también de raza o de clase. La profesora recomienda al resto de docentes a que aboguen por un lenguaje más “neutral”. La académica cree que las mujeres universitarias tienen que lidiar con una presión añadida por el hecho de ser mujeres en ambientes masculinizados.
Las listas de lecturas (todavía dominadas por hombres) o las colecciones de retratos universitarios son solo un par de ejemplos de cómo el espacio educativo sigue dominado por el género masculino. Es por eso que cree que hay que implementar políticas activas para contrarestar este punto de partida desfavorable, cree la académica.
Esta propuesta de la Universidad de Cambridge se suma a otra iniciativa reciente. La universidad británica también anunció la voluntad de implementar un sistema que te permita hacer algunos exámenes desde casa. Con este sistema buscan beneficiar a las estudiantes chicas, ya que aparentemente obtienen calificaciones más bajas en los exámenes puntuales, pero mejores notas en las evaluaciones continuas.
La medida ha sido bastante sonada y ha dividido al profesorado en dos bandos: por un lado, los que están a favor y, por el otro, los que la rechazan por considerar que se asume y perpetua el estereotipo de siempre, que el "sexo débil" es el femenino.
[vía The Independent]