La actriz francesa es una de las 100 firmantes de una polémica carta abierta en la que se critica que el #MeToo se haya convertido en "una caza de brujas"
Para la mítica actriz francesa Catherine Deneuve la oleada de denuncias por acoso y abuso sexual tras el escándalo Weinstein se ha convertido en una caza de brujas que pone en peligro nuestra sexualidad.
Deneuve es una de las 100 intelectuales y artistas galas que han firmado una carta abierta en la que lamentan la oleada de "denuncias" desencadenadas tras el estallido del caso Harvey Weinstein.
"En lugar de ayudar a las mujeres, este frenesí por llevar a estos (hombres chovinistas) 'cerdos' al matadero en realidad ayuda a los enemigos de la libertad sexual. A los extremistas religiosos y a los peores reaccionarios”, escriben
Para las firmantes de la carta, se trata de un “resurgir del puritanismo” que nos infantiliza a nosotras y los castra a ellos.
"He visto que Catherine Deneuve era TT y me pregunté si había muerto. Resultó ser mucho peor".
“La violación es un crimen, pero tratar de seducir a alguien, aunque sea de forma persistente o desafortunada no lo es, ni ser caballeroso es un ataque machista”, reza la carta publicada en el diario Le Monde.
Las firmantes consideran que los hombres “deben ser libres a la hora de poder ligar con las mujeres”: “Los hombres han sido sumariamente castigados, forzados a dejar sus trabajos cuando todo lo que hicieron fue tocar la rodilla de alguien o tratar de robar un beso”.
Sí, hablamos de la misma Catherine Deneuve que en marzo de 2017 defendió en televisión a Roman Polanski asegurando que, cuando hace 40 años violó a aquella adolescente, el probablemente no sabía que tenía 13 años.
"Siempre le han gustado las chicas jóvenes. Siempre he pensado que la palabra violación era excesiva", afirmó.
Parece que Deneuve, enamorada de esta idea desfasada de que “antes los hombres eran hombres y las mujeres eran mujeres” considera que el hombre, en su rol de ser quien ha de buscar a cualquier precio el encuentro sexual, tiene derecho de forzar un poquito las cosas para poder conseguir su objetivo.
Y nosotras, como receptoras pasivas del sexo, tenemos que tragar. Tenemos que consentir.
"De parte de Catherine Deneuve".
“Las mujeres somos suficientemente conscientes de que el impulso sexual es por naturaleza salvaje y agresivo. Pero también lúcidas como para no confundir un mal intento de tirarle los tejos a alguien con un ataque sexual”, explica el texto.
Deneuve no parece tener las cosas claras: efectivamente, violar es un crimen, pero abusar y acosar sexualmente a una persona haciendo uso de una posición de poder lo es también.
La carta afirma que “las protestas legítimas contra la violencia sexual que las mujeres sufren, particularmente en su vida laboral", se ha convertido en una caza de brujas.
"Lo que empezó como una liberación de las mujeres para poder hablar se ha convertido en lo contrario. Intimidamos a la gente para que hable 'correctamente', acallamos a aquellos que no se adhieren a este discurso y señalamos a las mujeres que se niegan a arrodillarse ante esta nueva realidad como cómplices y traidoras”.
"Catherine Deneuve, 'los hombres deberían ser libres de tirarles los tejos a las mujeres".
Para las firmantes, este texto es una defensa a la libertad sexual, para la cual “es esencial la libertad de los hombres de seducir e importunar”.
Justificar que nos toquen cuando no queremos, o nos traten como si fuéramos poco más que trozos de carne porque “las cosas son así, y los hombres son como son” no es un paso adelante para evitar lo que llamáis una “oleada de purificación puritana”, es dar cinco pasos atrás en nuestros derechos más fundamentales.
Deneuve – de 74 años – ya dejó claro el año pasado que no estaba de acuerdo con las campañas llevadas a cabo en las redes sociales para “avergonzar” a los hombres acusados de acoso.
“No creo que sea el método acertado de cambiar las cosas, es excesivo”, dijo refiriéndose al hashtag #MeToo. “Después de ‘señalar a tu cerdo’ (#BalanceTonPorc, hashtag que se utilizó en las redes sociales francesas para denunciar las conductas sexualmente predatorias), ¿qué será lo siguiente, ‘señala a tu puta’?”.
Militantes feministas francesas no han tardado en responder a la carta con un texto publicado en Francetvinfo en el que acusan a Deneuve y el resto de firmantes de “despreciar” a las víctimas de la violencia sexual.
"Cada vez que se avanza hacia la igualdad, aunque sea medio milímetro, hay almas buenas que nos advierten inmediatamente de que podríamos caer en el exceso", dice el texto.
"A todos mis amigos fuera de Francia: Quiero dejarlo totalmente claro, Catherine Deneuve no representa la opinión de las mujeres francesas y por supuesto que no representa a mi generación. Estoy avergonzada y herida por la carta desmereciendo el trabajo de las activistas del Me Too y lo necesario que es".
Para las treinta firmantes las voces de la primera carta "mezclan deliberadamente una relación de seducción basada en el respeto y el placer con la violencia", y consideran que la mayoría de ellas son "reincidentes en materia de defensa de pedocriminales o de apología de la violación", que utilizan su "visibilidad mediática para banalizar la violencia sexual" y "desprecian el hecho de que millones de mujeres sufran o hayan sufrido este tipo de violencia".
Aunque es inevitable decepcionarse al ver como otras mujeres parecen estar más preocupadas del mal rato que puedan llevarse los acosadores al ver su reputación dañada, que por sus compañeras menospreciadas, agredidas o violadas, el mensaje de las feministas francesas sigue siendo de lucha y optimismo.
"Con este texto tratan de volver a imponer el tabú que empezamos a levantar. No lo lograrán. Los cerdos y sus aliados/as tienen motivos para preocuparse. Su viejo mundo está a punto de desaparecer".
