A pesar de que la serie tenía una gran audiencia, la cadena considera que “el comentario de Roseanne es abominable, repugnante e inconsistente con nuestros valores"
Hoy la televisión estadounidense ABC ha lanzado un mensaje claro: ya no toleramos más el racismo, ni aunque vaya disfrazado de broma. A la cómica Roseanne Barr le ha salido muy caro un ofensivo tuit en el que comparaba a una ayudante afroamericana de Barack Obama con un simio, ya que a las pocas horas de publicarlo la cadena cancelaba fulminantemente su serie Roseanne.
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Todo comenzó cuando la actriz respondía a un comentario de un usuario de Twitter sobre Valerie Jarrett, asistente del anterior presidente de EE.UU. En su polémico mensaje ya borrado, Barr dijo que Jarrett era la hija de los Hermanos Musulmanes y de El Planeta de los Simios. La presidenta del grupo ABC Entertainment, Channing Dungey, se posicionó firmemente contra la comediante: “El comentario de Roseanne es abominable, repugnante e inconsistente con nuestros valores y hemos decidido cancelar su programa”.
Barr, que respalda a Donald Trump, no tardó en disculpase por el tuit: “Siento mucho haber hecho una broma sobre sus políticos y su apariencia. Debería haberlo sabido mejor. Disculpadme. La broma era de mal gusto”.
“Valerie Jarrett, no sé si lo has visto pero quería pedirte perdón por hacerte daño con un tuit tan insensible y de mal gusto. De verdad que lo siento. Toda mi vida la he dedicado a luchar contra el racismo. He cometido un error terrible que ha hecho que cientos de personas hayan perdido su trabajo. Lo siento mucho”.
La serie Roseanne regresó a la pantalla tras años de ausencia cosechando buenos datos de audiencia. Tal y como apunta la BBC, la crítica apuntó que la sitcom había conseguido hablar de las diferencias políticas entre estadounidenses, logrando la aprobación de los votantes de Trump, que tradicionalmente siempre se han quejado de no empatizar con los contenidos de su propia televisión.
Sin embargo, esta no ha sido la única polémica de Barr ni tampoco de la ABC, según apunta Vulture. Por una parte, la cómica hizo un comentario desafortunado sobre la hija de Bill Clinton y otro sobre la colaboración de los Obama con Netflix. Por otra parte, la cadena se negó a emitir un programa sobre las protestas contra el racismo de los atletas de la NFL durante el himno nacional, mientras que se enfrentó a críticas por elegir como concursantes de los éxitos formatos The Bachelor y The Bachelorette a una persona conocida por su pasado racista y a otra que supuestamente le daba a “me gusta” a publicaciones que se reían de personas trans o inmigrantes.
Sea como sea, con su decisión la televisión le ha plantado cara al racismo y ha dado respuesta al dilema de “una cosa es el artista y otra es su obra”. Roseanne funcionaba muy bien en audiencia; sin embargo, una televisión en plena era del #MeToo, tras el #OscarSoWhite y con las constantes denuncias de racismo de la comunidad afroamericana no podía seguir pagándole un sueldo a alguien que frivoliza con el problema racial. Cerrarle la puerta de la televisión es la decisión más adecuada en el momento actual en el que nos encontramos.
[Vía BBC, Vulture]
