La propuesta ha cabreado a mucha gente. ¿A favor o en contra?
“No entiendo la importancia de los cigarrillos en el cine francés”. La frase podría quedar en anécdota, en boutade de domingo en filmoteca con olor a viejo, si no fuera porque sale de la boca de Agnès Buzyn. Y Buzyn, hay señores, es ministra de Sanidad en Francia.
Con esas palabras la ministra bendecía una idea lanzada al aire por la senadora Nadine Grelet-Certenais: prohibir la exhibición del tabaco y del acto de fumar en las películas francesas.
Por qué importa esto:
Piensa en casi cualquier película francesa clásica y verás que los cigarrillos son un ingrediente esencial, tanto como los bulevares, las buhardillas, los paseos por las márgenes del Sena, los cafés y sus terrazas.
Jean-Paul Belmondo con su eterno Gauloise colgando del labio en À bout de souffle. Anna Karina saboreando pitis con mirada perdida en Vivre sa vide. Alain Delon fumando en la cama al principio de Le Samouraï. Audrey Tautou tragando humo en su retrato de Coco Chanel. La lista podría seguir hasta el infinito.
Existe un idilio entre el cine francés y el tabaco que se remonta a mediados del siglo pasado y que dura hasta el presente, y Grelet-Certenais cree que esas imágenes incentivan a la gente joven a fumar en la medida en que “valorizan”, “banalizan” y “trivializan” el tabaco.
Algunos datos:
— Según cifras de la OMS correspondientes al año 2014, el 44% de los filmes de Hollywood mostraba a gente fumando. Si el análisis se circunscribe a películas calificadas como para todos los públicos, el porcentaje es del 36%. Según ese mismo estudio, el 37% de los fumadores adolescentes empezaron a fumar después de haber visto a gente fumando en el cine.
— Un estudio realizado por La Liga contra el Cáncer hace ahora 5 años mostró que el 80% de las películas producidas aquella temporada en Francia mostraban referencias al tabaco —gente fumando, gente comprando tabaco, cajetillas, ceniceros— en al menos una escena. Un 10% de las películas contenían 10 o más de esas escenas.
— La OMS recomendó el año pasado otorgar una calificación de “para mayores de 18” a todas las películas en las que se muestre a gente fumando. La medida trata de alejar a niños y adolescentes del tabaco.
— El tabaco mata a 75.000 personas al año en Francia.
“Sabemos que las campañas de concienciación antitabaco no funcionan”, ha dicho la ministra Buzyn. Por eso van a probar otros métodos con el propósito de “desnormalizar la imagen del tabaco en la sociedad”.
En primer lugar, el gobierno tiene la intención de elevar a 10 euros el precio del paquete de cigarrillos (ahora anda en los 6,50 euros) de aquí a 2020. En UK, una medida similar ha supuesto un descenso en la tasa de fumadores de entre el 20% y el 30%. Luego llegará una segunda fase que incluirá acciones de marketing social. La prohibición del tabaco en las películas podría ser otra de las medidas a adoptar en esa segunda etapa.
El anuncio ha sido recibido con una mezcla de incredulidad y sarcasmo.
En declaraciones a Europe1, Raphaël Enthoven ha tildado la medida de “censura escondida bajo el pretexto de la salud pública”. “Inyectar moralidad al séptimo arte es como añadir refresco de cola a tu Château Lafite”, ha dicho el filósofo.
Otros han recurrido a Twitter para demandar —con ironía— que la prohibición se haga extensible a otros muchos aspectos. “Espero que tomar drogas, sobrepasar los límites de velocidad, cruzar la calle por un sitio distinto a un paso de cebra y matar a alguien sean acciones prohibidas en toda película”, ha propuesto La Tribune de l’Art. Le Cinéma est mort se sumaba al hilo para proponer que “además, los personajes de toda película francesa deberán comer al menos cinco raciones de fruta y vegetales al día”.
Con una mentalidad más práctica, FranceTV se ha sumado a la discusión para señalar que, de adoptarse la medida con carácter retroactivo, poco cine francés quedaría para mostrar. Olvídate del 95% de la filmografía de Delon y Belmondo. Y de biopics sobre personajes míticos de la chanson como Gainsbourg. Y de los thrillers de James Bond. Y de la vasta mayoría de películas clásicas del cine francés de los 50 y los 60.
¿Matar la memoria cultural del país como medida de contención del tabaquismo? Para muchos, sería ir demasiado lejos.