PlayGround utiliza cookies para que tengas la mejor experiencia de navegación. Si sigues navegando entendemos que aceptas nuestra política de cookies.

C
left
left
Artículo Cosificar a los hombres, ¿está bien? Culture

Culture

Cosificar a los hombres, ¿está bien?

H

Imagen: Instagram / @blaklively
 

La actriz y modelo Blake Lively colgó una polémica foto en su Instagram con la que pretendía denunciar la cosificación que sufren las mujeres y los estereotipos mediante los que son representadas en el cine

Eudald Espluga

02 Octubre 2018 15:52

Ella viste traje y sostiene sus piernas desnudas en alto, mientras nos mira a los ojos. Él está tumbado en una mesa, va sin ropa y apenas llegamos a ver su cara. Ella es Blake Lively, actriz y modelo, mientras que él no es nadie: un trozo de carne estereotipado e intercambiable que le aguanta el cóctel.

La idea de la foto es doblemente provocadora. Primero, porque propone una inversión de los roles de género en el imaginario de la cosificación sexual: el varón —desnudo— se convierte en un accesorio más de la cocina, mientras que ella —cual empresaria— se comporta como una extranjera en una cocina en la que sólo entra por la bebida y el sexo. Segundo, y quizá más importante, porque asume que cualquier persona que vea la imagen entenderá que se trata de una inversión y no simplemente de una imagen estrambótica o surrealista. Si fuera al revés, podríamos estar ante un anuncio de colonia o de vermut: ni tan siquiera nos fijaríamos en ella.

My turn... @asimplefavor 📷: @timpalen

A post shared by Blake Lively (@blakelively) on

La foto, que Blake Lively colgó el domingo en su cuenta de Instagram, buscaba crear polémica con un objetivo muy claro: promocionar su última película, titulada Un pequeño favor, un thriller en el que Lively encarna a una sofisticada empresaria con un pasado oscuro que desaparece repentinamente. El único comentario que puesto en la foto fue "Mi turno..." y, como contó luego a Associated Press, entendía este gesto como un "divertimento feminista": quería destacar lo importante que era para las mujeres interpretar personajes odiosos y perversos, para acabar así con el esquema madre-virge-puta, que anula las ambigüedades en las interpretaciones femeninas.

Sin embargo, ¿es esta inversión la que debe buscar el feminismo? Responder a la cosificación con cosificación, ¿no nos lleva al revanchismo del ojo por ojo? ¿O puede ser aceptado como divertimento, como provocación? ¿No es la idea misma de cosificación contraria al feminismo?

Son dudas importantes porque tradicionalmente se ha asociado el feminismo con el resentimiento y la venganza. Se ha hecho para deslegitimar el movimiento: permite presentarlo como un gesto reactivo, emocional y rencoroso. Pero también es cierto que desde ciertos enclaves feministas se ha defendido la idea de venganza o se ha reconocido la necesidad de pensar la lucha contra el heteropatriarcado en términos de una guerra contra las mujeres. Asimismo, son muchos los pensadores que han tratado de romper con la idea nietzscheana del resentimiento —como expresión de la impotencia de los débiles— para desestigmatizarlo y tratarlo como un sentimiento político productivo.

Las preguntas que nacen de este debate son casi infinitas: ¿qué relación debemos establecer entre justicia y memoria? ¿El resentimiento, la guerra o la venganza son sentimientos políticos antifeministas? Respecto a los crímenes machistas, ¿debemos hablar de "perdón" y "reconciliación" del mismo modo que lo hacemos en conflictos poscoloniales o tras un guerra civil?

Quizá la foto de Blake Lively no sea una buena respuesta a estos interrogantes. Quizá ni tan solo sea una respuesta. Pero está claro que como gesto público tiene la virtud de escenificar una serie de tensiones inconscientes que debemos abordar cuanto antes.

share