J Balvin está listo para sacarte de tu burbuja

Qué difícil es darse cuenta de lo harto que estamos de la música que siempre escuchamos. Buchanan’s lo sabe y ha decidido tomar cartas sobre el asunto, pero ya llegaremos a eso. Vamos por la vida poniendo, una y otra vez, playlists con nombres como “hasta que el cuerpo aguante”, “perrear y llorar” o, incluso, una bajo el título “claro que sí” —¿Claro que sí qué? No sé, pero ¡claro que sí!—; playlists que, al final, tienen las mismas canciones de los mismos artistas solo que acomodadas en diferente orden. A su vez, frecuentamos bares, antros, festivales, casas de amigos y depas de futurxs ex-novies, y es lo mismo: las canciones de siempre en loops distópicos que tapan nuestros oídos a nuevos sonidos y nos impiden acercarnos a estilos e influencias diferentes.

Según un reporte, en 2017, las 25 canciones más escuchadas de dicho año representaron aproximadamente el 20% de la música total reproducida, con lo cual me quedo pensando si estamos condenados, voluntaria o involuntariamente, a escuchar las mismas canciones una y otra vez como si se tratara de algún purgatorio diseñado por Dante, pero luego me tranquilizo sabiendo que tiendo a exagerar las cosas. Aún así, he de confesar que la idea de estar atrapado en una repetición constante de ritmos, melodías y canciones, me aterra.

Es muy fácil que nuestras propias ideas y fantasías nos secuestren e imposibiliten acercarnos a géneros, estilos y propuestas diferentes a las que estamos acostumbrados. Volviendo a los números —siempre a los números—, en 2018, los 27 artistas más populares en México tocaron en 4 de 8 palenques y, en cuanto a equidad de género, durante 2019, los actos masculinos superaron en casi tres cuartas partes a los femeninos. ¿Cómo se verán los números de equidad para el 2020? ¿Dónde quedaron las otras propuestas musicales? ¿Qué solo hay 27 artistas que vale la pena escuchar? ¿Quién tiene la culpa: la industria o la audiencia?

No sé quién tenga la culpa ni me gusta echarla, pero, si tuviera que hacerlo, diría que todos: la industria por promover sólo a cierto número de artistas y la audiencia por escuchar sólo a cierto número de artistas. La buena noticia es que la solución está en los dos y, particularmente, quisiera destacar el caso de un artista que, al darse cuenta de la falta de diversidad en el mundo de la música, ha decidido cambiar las reglas del juego: J Balvin.

Con el fin de la década, Spotify reveló números que señalaban a J Balvin como el artista más escuchado de la década en México. Al ser un artista experimentado, él conoce bien los gustos de la audiencia, así como los vaivenes de la industria y sabe que ninguna de las dos trincheras es fácil de conquistar. Quizá por eso ha unido fuerzas con la marca de whisky Buchanan’s para impulsar y promover a una nueva generación de artistas listos para cambiar las reglas del juego y mostrarle al mundo cuáles son los nuevos ritmos, mensajes y estilos a prestar atención en 2020.

En una serie de 5 capítulos patrocinados por Buchanan’s, J Balvin va a coachear a Cazzu, Las Villa, Amenazzy y Raymix, para ayudarlos a escalar la pirámide de la industria musical a sabiendas que muchos artistas emergentes, con todo y talento, potencial y frescura, desafortunadamente quedan varados camino a El Dorado.

Personalmente, creo que es una cuestión de empatía, amor al arte y el reconocimiento de que no está fácil sacar el pedo adelante —ni en la industria musical ni en la vida en general— y que siempre necesitaremos a alguien que nos eche la mano, nos guíe y ayude a explotar el enorme potencial que tenemos. A fin de cuentas, solo nos tenemos a nosotros. Díganme hippie o lo que quieran: es mi esperanza en tiempos posmodernos. Pero, bueno, suficiente de sentimentalismos; mejor veamos la serie. No perdemos nada. Por el contrario, tendremos todo qué ganar si nos permitimos abrirnos a la diversidad en todos sus colores y matices.