El encrudecimiento de las acusaciones de abuso sexual que pesan sobre el cineasta neoyorquino provocan un bache inédito en su carrera
Cada año que pasaba, Woody Allen engrosaba su filmografía con un nuevo título: desde el estreno de Annie Hall en 1977, el cineasta ha logrado mantener una cadencia de producción anual inalterable durante cuatro décadas. Su cuadragésimo octavo filme, A Rainy Day in New York, será el primero en romper esa tendencia: el estreno de la película, previsto para este año, se ha visto pospuesto oficialmente por Amazon.
La filial cinematográfica de la compañía de compra online tenía firmado un contrato con Allen para realizar un total de cinco películas, de las cuales sólo se han rodado Wonder Wheel, ya estrenada, y A Rainy Day in New York. Las tres restantes, como señala Hollywood Reporter, podrían no llegar a rodarse nunca: “El consenso es que Amazon debe cortar lazos con el director, aunque eso signifique un gran desembolso para ellos”.
El consenso al que hace mención la web especializada en cine es el terrible concepto que industria y cinefilia tienen ahora mismo de Allen. El encrudecimiento de las acusaciones de abuso sexual contra él por parte de Dylan Farrow, hija adoptiva de Mia Farrow, han convertido al director de Manhattan en otro más de los muchos popes intocables de la cultura que el #MeToo ha logrado derribar.
El acuerdo con Amazon se cerró cuando Roy Price todavía era director de la empresa, lo que aviva las elucubraciones sobre cómo una nueva directiva podría no tener reparos en rescindir el contrato de Woody Allen. Con cada nuevo colaborador del cineasta dándole la espalda –Greta Gerwig, Michael Caine, Ellen Page–, este escenario cada vez cobra más y más fuerza.
A Rainy Day in New York no sólo supondrá el primer bache en una carrera imparable durante cuarenta años, sino que también marcará el punto en el que la reputación de uno de los cineastas más influyentes se hizo trizas. “Solo nos importa la reputación del hombre, pero, ¿qué hay de su humanidad?”, se preguntaba Hannah Gadsby. “A la mierda la reputación. Tener retrospectiva es un don. ¡Dejad de hacerme perder el tiempo!”.