Para ser un País tan católico, en España parece que hay mucha afición a destrozar el arte eclesiástico con restauraciones que parecen manualidades de Art Attack
En la Parroquia de San Sebastián de la pequeña localidad cántabra de Reinosa, un nuevo Ecce Homo ha aparecido para engrosar la lista de las pifias restauratorias del arte eclesiástico español.
Se trata del dibujo de un… bueno, suponemos que un intento de ángel que fue pintado en el lugar que había dejado la escultura de un querubín al desprenderse. Ni tan siquiera se sabe cuánto tiempo lleva el pequeño despropósito ahí. O al menos el párroco del lugar, Eduardo Guardiola, ha dicho no tener idea sobre el tema.
Al estar en una de las zonas más altas del retablo mayor de la parroquia los feligreses apenas habían reparado en él, pero desde que hace unos días el rumor ha empezado a correr por la comarca de Campoo, cuyos vecinos deben estar echando unas buenas risas intentando adivinar cómo diantres acabó el dibujito de marras ahí arriba.
La verdad es que el angelico, de trazos minimalistas, poco o nada se parece a los otros siete altorrelieves que lo acompañan. El inexperto artista parece haberse inspirado más en Heidi que en cualquier representación divina que se nos pueda pasar por la cabeza, y eso que los medievales no andaban muy finos cuando se ponían a pintar bebés.
Otra posibilidad es que el restaurador (o restauradora) amateur se ilustrara con tutoriales de maquillaje de YouTube en vez de tomar clases de dibujo. Los colores utilizados y su forma de aplicarlos recuerda bastante al clown contouring que fue popular entre los gurús de la belleza internetera hace una temporada.
Eso sí, ni rastro de blending por aquí.
Personalmente tengo serias sospechas de que se trata de la misma persona que restauró al cristo de el Convento de Las Puras, en Almería, porque aquí se le fue la mano con el highlight una barbaridad.
El párroco Guardiola no ve ningún drama en el resultado final de esta restauración y no quiere que se compare con lo sucedido en Borja. "En ese espacio había un ángel que ya había desaparecido. Lo que se ha hecho es componer la cara para que no desdijera del conjunto, para que se supiera lo que había antes. Esta acción no tiene nada que ver con una restauración mal ejecutada”, dijo a ABC. “Para verlo hay que mirarlo con un teleobjetivo. No desdice porque casi no se ve”.
Aunque, como hemos comentado antes, no se sabe exactamente ni cuándo ni quién se realizó la controvertida aportación artística es probable que sucediera en el año 2011, cuando la Consejería de Cultura cántabra encargó al Taller de Restauración Itinerante que arreglara el retablo. 12.000€ costó la broma.
Hay que decir que, para ser un país tan católico, en España parece que hay mucha afición a destrozar el arte eclesiástico con restauraciones que parecen manualidades de Art Attack.
