La campaña más polémica contra McDonald's ya es una realidad

Que los gases de tus propios excrementos te quemen la piel. ¿Te lo imaginas? Así es como viven los pollos que McDonald’s cría para sus restaurantes, según denuncia la campaña de The Human League I’m Not Lovin It.

Crecimiento anormal por haber sido criados mediante selección o genéticamente manipulados, quemaduras por el amoníaco que desprenden sus excrementos, heridas debilitantes que los doblegan por culpa del peso de sus cuerpos sobredimensionados, ya que crecen seis veces más rápido que los otros pollos. Estos son los tres problemas más graves que sufren los pollos en las actuales condiciones de cría que establece McDonald’s para estos pollos.

The Human League se pregunta también por qué el gigante hamburguesero no está haciendo nada por el bienestar de los animales cuando otros mastodontes de la restauración como Burger King, Chipotle, Subway, Starbucks o Jack in the Bow ya han dado varios pasos en esa dirección.

La campaña está teniendo lugar desde hace una semana enfrente de la sede central de McDonald’s en Chicago, en la que Human League ha colocado grandes carteles, una instalación artística que consta de un tour de realidad virtual, anuncios en bancos y edificios por toda la ciudad así como performances y manifestaciones.

“No hay nada ‘happy’ en una comida del McDonald’s”, reza uno de sus anuncios.

La campaña es parte de una coalición de las organizaciones de activistas más grandes del país: The Humane League, Animal Equality, Compassion in World Farming, Compassion Over Killing, Mercy for Animals y World Animal Protection. Todas ellas se han unido para reclamar que McDonald’s implemente “unos estándares mayores y científicos para el bienestar animal de su pollos mediante un cambio de razas hacia las más sanas, proporcionándoles más espacio para que se muevan, monitorizando la calidad del aire y de sus suelos, y dándoles un entorno más rico”.