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Así influye en la salud mental de un hombre la ingesta de azúcar excesiva

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Ojo al bucle: comemos dulces para animarnos a corto plazo y eso nos arrastra lentamente hacia la depresión.

C.M.

03 Agosto 2017 15:24

Si todos los policías fueran como los de las películas americanas, uno de cada cuatro acabaría de baja por depresión. Abatido por los donuts. Derrotado por el azúcar.



Un equipo de investigadores de la Universidad de Londres ha encontrado que los hombres que consumen de manera prolongada una gran cantidad de azúcar son más propensos a desarrollar trastornos mentales como la ansiedad y la depresión.

El estudio –publicado en Scientific Reports– deja a las mujeres fuera de esa asociación, y aclara que la relación opuesta tampoco es posible: las personas con trastornos mentales no tienden a consumir mayor cantidad de productos azucarados.

Los investigadores han seguido a 5.000 hombres y 2.000 mujeres durante un período de 22 años, concluyendo que los hombres que consumen más de 67 gramos de azúcar al día tienen más posibilidades de sufrir un trastorno mental que aquellos que ingieren menos de 39,5 gramos. El hallazgo, además, es totalmente independiente a factores como la edad, el estatus socioeconómico o la salud del participante analizado.   



“Las dietas altas en azúcar tienen un reflejo en nuestra salud física –aumento de peso, diabetes, deterioro de las cavidades dentales–, pero el estudio demuestra que también podría existir un vínculo entre el azúcar y los trastornos del estado de ánimo, sobre todo en el caso de los hombres”, afirmó la investigadora Anika Knüppel, del University College de Londres.

“Son muchos los factores que intervienen en la afectación del ánimo, pero tener una dieta alta podría ser el un desencadenante. El estudio no encontró ningún vínculo entre la ingesta de azúcares y los trastornos del estado de ánimo en las mujeres, y aún no sabemos el por qué. Necesitamos nuevos estudios para probar el efecto del azúcar en grandes muestras de población”, apuntó Anika.

Otros estudios ya habían establecido la conexión entre el azúcar y la depresión, sin embargo, éste es el primero que desvincula a las personas con trastornos de un consumo mayor.



Y a la vez, evidencia un bucle deprimente: “Los alimentos dulces a menudo están asociados al alivio del enfado o la tristeza; las personas malhumoradas comen alimentos azucarados pensando que el remedio les va a funcionar. Muy al contrario, nuestro estudio muestra que un consumo alto de dulces tendrá un efecto pernicioso a largo plazo”.

De nuevo, malas noticias para el estereotipo hollywoodiense. Nunca más un ramillete de pañuelos húmedos junto al cubo de chocolate.

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