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121 enfermos y una víctima mortal por lechugas infectadas con E.Coli

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La televisión nacional de EEUU ya se pregunta: ¿Por qué lo que esconden las verduras de hoja verde puede enfermarte gravemente?

Rosa Molinero Trias

04 Mayo 2018 12:56

"¿Por qué lo que esconden las verduras de hoja verde puede enfermarte gravemente?", se pregunta la CNN abirendo el debate nacinal en EEUU.

La alerta se ha disparado con la primera víctima mortal que se ha cobrado el brote de E.Coli. Detectado el 10 de abril en siete estados, había 17 personas infectadas que en tan sólo dos días aumentaron el doble. Pero por entonces, el día 13, el Center for Disease Control (CDC) ya estaba investigando la que poco después se determinaría como la fuente: la lechuga romana cortada que provenía de Yuma, en la región de Arizona.

Desde entonces, el CDC ha alertado a la población que no debe comer ningún tipo de lechuga romana que provenga de Yuma. Arizona en ninguna de sus formas. forma (entera, cortada, en cogollos, en su versión baby, tampoco la orgánica ni la que esté mezclada en ensaldas).

El número de afectados ha seguido creciendo hasta los 121 enfermos en 25 estados, 52 hospitalizados, 14 de ellos sufriendo un fallo en los riñones, con el fallecimiento de una persona en California. Estos son los estados en los que se han detectado la enfermedad: Alaska, Arizona, California, Colorado, Connecticut, Georgia, Idaho, Illinois, Kentucky, Louisiana, Massachusetts, Michigan, Mississippi, Missouri, Montana, New Jersey, New York, Ohio, Pennsylvania, South Dakota, Tennessee, Utah, Virginia, Washington y Wisconsin.

"Las verduras de hoja verde, como la lechuga, pueden contaminarse en el campo por el suelo, el agua contaminada, los animales o el abono inapropiado", dijo Jeff Farber, director del Instituto Canadiense de Investigación para la Seguridad Alimentaria y profesor de la Universidad de Guelph en Ontario. "La lechuga también puede estar contaminada por bacterias durante y después de la cosecha debido a la manipulación, el almacenamiento y el transporte del producto", detalló para la CNN. Por lo general, las personas comen lechuga romana sin cocinarla, y no matan los posibles gérmenes. "Otras frutas y verduras crudas que han estado en contacto con heces de animales infectados son otra fuente común de infección", dijo Farber.

También se ha recomendado tirar a la basura toda lechuga cuyo origen se desconozca, así como lavar y desinfectar con agua y jabón o un poco de lejía los cajones o estantes de la nevera donde se hubiera almacenado la lechuga (aquí puedes leer cómo aconseja hacerlo el CDC). Para prevenir el contagio, recomienda también lavarse las manos con frecuencia y también las tablas de cortar, los utensilios y la fruta y las verduras.

La toxina responsable de estas infecciones es la Shiga, que la causa una cepa de E.Coli, en concreto, la llamada O157:H7. Los síntomas empiezan a tener lugar entre 2 y 8 días después de ingerir el microbio y provoca diarreas que pueden ser sangrientas, cólicos estomacales fuertes y vómitos. Cuando no remiten en una semana y se agravan, las personas pueden llegar a sufrir una insuficiencia renal llamada síndrome urémico hemolítico, común precisamente en los pacientes de riesgo, como los niños menores de 5 años o aquellas personas inmunodeprimidas. Esta afección puede incluir fiebre, dolor abdominal, piel pálida, fatiga, irritabilidad, moratones pequeños sin explicación, sangrado de la nariz y de la boca y menor cantidad de orina.

Los expertos aseguran que "no hay necesidad de usar otra cosa que no sea agua para lavar la lechuga. Lavarla suavemente con agua es tan efectivo como usar productos limpiadores".

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