PlayGround utiliza cookies para que tengas la mejor experiencia de navegación. Si sigues navegando entendemos que aceptas nuestra política de cookies.

C
left
left
Artículo ¿Por qué casi no hay ningún cerdo con rabo en España? Food

Food

¿Por qué casi no hay ningún cerdo con rabo en España?

H

 

La razón es tan siniestra que una nueva ley quiere erradicarla en todas las granjas españolas

Rosa Molinero Trias

05 Febrero 2018 15:21

De todas las prácticas de la industria cárnica, el raboteo es de las más desconocidas y la que más pone el vello de punta cuando te la explican por primera vez. Cortar los rabos de los cerdos porque en las condiciones en las que viven, se lo acaban mordiendo entre ellos.

En los días previos a ataques graves, los cerdos agresores mordisquean obsesivamente a otros cerdos en el rabo o las orejas. En un primer momento, los agredidos no reaccionan. Cuando va a más, reaccionan con gritos y huyendo. Pero “cuando las mordeduras son graves, los cerdos agredidos dejan de reaccionar y se vuelven apáticos”, explica el Documento sobre gestión de las explotaciones porcinas para evitar la caudofagia del Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, que se publicó en diciembre de 2017 para empezar a regular esta práctica.

Este canibalismo que ocurre entre los cerdos es un trastorno del comportamiento que se llama caudofagia, en referencia a las vértebras caudales que se encuentran en la cola. Porque, al contrario de lo que se suele pensar, la cola de los cerdos no es cartilaginosa: hay hueso, hay músculos (entre ellos, el que conecta con el ano), tres arterias, dos venas y entre cuatro y ocho pares de nervios desde la base hasta la punta de la cola.

O sea, que cuando se la cortan, duele.

Es más: “La cola de los cerdos se enrosca en forma de tirabuzón, y sirve como señal para comunicar su estado de ánimo. Una cola desenrollada y entre las patas es señal de problemas para el cerdo en cuestión”, recuerda el documento del MAPAMA.

LEER MÁS: ¿Qué son esos extraños boquetes en el estómago de las vacas?

Pero, ¿crees que dentro de una explotación de ganadería intensiva importa el estado de ánimo de los cerdos? La respuesta es que no, aunque prestarle atención sería lo más sabio para prevenir daños mayores.

Lo único que importa es que no se den crisis de caudofagia, porque el olor de la sangre atrae a otros cerdos y los episodios de mordedores y mordidos se multiplican, así como pueden propagarse enfermedades y darse nuevas infecciones.

Los motivos por los que ocurre la caudofagia, y por los cuales se aplica el raboteo de forma preventiva, tienen mucho que ver con las condiciones de vida que encuentran la mayoría de explotaciones ganaderas industriales.

Según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, “la caudofagia es una respuesta al aburrimiento, la frustración y la estimulación insuficiente, junto con otros factores negativos ambientales y de gestión que pueden aumentar los niveles de estrés de los cerdos”, que se producen a causa de desequilibrios biológicos entre las necesidades biológicas de los animales y su medioambiente.

En resumen: entorno social, recintos, estado sanitario (problemas digestivos, parásitos internos y externos, problemas locomotores, anemia, virus, falta de aislamiento de los cerdos enfermos en enfermería, instalación eléctrica, temperatura, ventilación, concentración de gases, factores relativos a la alimentación y abrevado. Y las soluciones que se proponen son parches: ofrecer a los animales materiales que puedan manipular para entretenerse.

No obstante, el raboteo no es la solución a este problema. El mismo MAPAMA lo reconoce: “Los incidentes por caudofagia también ocurren cuando los rabos están amputados, por lo tanto el raboteo como tal no resuelve el problema de la caudofagia. Únicamente elimina en mayor o menor medida el elemento en el que se manifiesta, pero no el origen de la alteración del comportamiento”.

Por ello la recomendación de la Unión Europa es disminuir esta práctica, que según la Federación de Veterinarios de Europa se da con una prevalencia del 85-100% en la gran mayoría de los estados de la Unión Europea que son, precisamente, los grandes productores porcinos: España, Francia, Dinamarca, Holanda, Bélgica, Austria, Italia, Reino Unido, Irlanda.

¿Para cuándo la recomendación de anteponer el bienestar de los animales por encima de los intereses económicos?

share