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Mentiras, postureo y mala mesa: Salvini a través de la comida

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Salvini como bloguero foodie es muy malo. "Alguien debe decirle que no es un influencer, sino un ministro"

Marc Casanovas

12 Diciembre 2018 16:10

Italia ha descubierto a demasiados Matteo Salvini en tiempo récord. El Salvini presentador de un programa de radio donde recibía llamadas de los oyentes. El Salvini que Berlusconi despreciaba como socio de coalición. El Salvini que blanquea a Mussolini sin rubor. El Salvini que cree que otra Europa sin euro es posible. El Salvini que mira a otro lado si un refugiado se ahoga en sus aguas. El Salvini de “los italianos primero” y, en definitiva, el Salvini sin paura, sin miedo.

Todos estos son los rostros del líder de la Liga Norte en campaña electoral permanente. Pero muchos se preguntan quién es realmente. Falta por descubrir al Salvini que habla con sus amici en las redes sociales. Es en sus post "apolíticos" donde un psicoanalista lograría agarrarlo por la solapa con la guardia baja. Cuando no carga contra el mundo y sus enemigos, sus dos grandes obsesiones son el AC Milan y la comida. Como los milanistas van de mal en peor en el calcio, se centra en la gastronomía italiana para ganar votos.

No debe sorprender a nadie que un ministro italiano publique tantas fotos de comida en un país donde un plato de pasta al ragú es hacer política. Salvini como bloguero foodie es muy malo, pero ofrece pistas de su verdadera identidad. En Italia hablan de fotos de “neo single” después de separarse de Elisa Isoardi. De alimentación de carbohidrato fácil; de dieta para seguir en pie de guerra; de galería de productos marca Italia para el aplauso fácil.

La pasta

Salvini publica la foto del plato por excelencia de la mesa italiana: pasta con ragú, una salsa de tomate y carne. La que se conoce universalmente como salsa boloñesa e indigna a los habitantes de Bolonia con razón. Salvini quiso ganarse al respetable ensalzando a dos grandes marcas: Barilla y Star. Pero el tiro le salió por la culata.

“Star es una empresa española desde hace un tiempo y Barilla es una multinacional y quién sabe si usa trigo italiano. ¡Ignorante como el calabacín seco!”

Otros comentarios entraban en conceptos más culinarios y/o estéticos: bordes del plato sucios, pasta barata y sin ganas de vivir, salsa coagulada, trozos de queso absurdos (¿es queso?); todo de una tristeza aterradora.

"Te han cagado en el plato"

"Cocinas como un estudiante de fuera (no del sur porque los jóvenes del sur saben cocinar sin esfuerzo)"

En definitiva, venían a decirle al ministro que muchos italianos tal vez no lleguen a fin de mes, pero saben cómo hacer una pasta digna.

La pizza

“Día largo y exigente, ¡Ahora pizza! ¡Los amo, amigos, y no teman, sepan que los insultos, las mentiras y las amenazas de los hombres no me asustan, me dan fuerzas!”, dice.

Las amenazas -si llegan- serán de cualquier italiano con gusto por la buena pizza porque ESTO es de todo menos una pizza italiana. Con esta foto si algo se asegura es perder votantes en Nápoles y alrededores:

”Mata esa repugnante pizza”

“Ya está vomitada”

Risotto

"De regreso de Trentino, me levanté temprano para apoyar la batalla de los granjeros contra contra una Europa que llena nuestras mesas y tiendas de comida basura del otro lado del mundo, sin controles. ¿Arroz con pesticidas? ¡NO! ¡Ya basta! Compro y como italiano 🇮🇹".

Aquí la mejor respuesta vino de la política. Vytenis Andriukaitis, comisario de salud y seguridad alimentaria de la Unión Europea, lo tildó directamente de mentiroso

“Rara vez me he sentido tan incómodo. En la Unión Europea trabajamos juntos, no unos contra otros. Lamentablemente no tuvimos oportunidad de hablar de lo importante. Los hechos importan poco en estos días ... Y no se trata de dar lecciones a nadie. Triste para Europa. Así es como sucede el #brexit. Con grandes mentiras”.

Mascarpone y Nutella

La crema de cacao con aceite de palma es parte de la bandera transalpina. Una empresa que da trabajo a miles de italianos y que bien merece un homenaje en forma de tuit. La torta Pan di Stelle es una bomba calórica, pero hay que comerla con emoji de cara contenta para servir al país. Aunque los comentarios opinen lo contrario y crean que esta dieta quita esperanza de vida:

"Más que una cuenta, es un descuento"

"El colesterol y la diabetes son la única opisición en Italia"

"El panettone lo come mañana. Debe elegir otra marca de nuevo"

¿Cocina italo-china?

Salvini es capaz incluso de italianizar un plato de un restaurante chino. El clásico pollo al wok con salsa agridulce pasa a ser “Pollo con peperoni e salsa piccante” sin rastro de China por ningún lado. Lo último que se puede saber es que a Salvini le gusta la comida oriental en la intimidad.

"Querido Matteo, el pollo con pimientos tienes que comerlo en Roma..."

"¿Y eso es pollo con pimientos? Venga a mi casa que le preparo como debe el pollo con pimientos! ¡Por el amor de Dios!"

Huevos fritos

El plato elemental. El parvulario de la cocina. El 2+2 de la gastronomía para poder empezar a hablar: tres huevos fritos. Davide Piacenza tiene clara su opinión sobre estos huevos fritos en Wired Italia:

“No puedes confiar el destino del país a aquellos que no pueden freír tres huevos sin destruir la maldita yema”

Lo que la comida que postea Salvini nos dice políticamente de su identidad no engaña a nadie: mentiras, populismo, postureo y mala mesa.

Salvini utiliza la comida popular para ganar voto popular aunque algunos empiecen a ver alguna deficiencia ente tantas fotos de comida y tiren de ironía ante el horror.

“Es de vital importancia conocer el menú diario de Salvini. También me gustaría saber cuántas veces va al baño. Alguien debe decirle que no es un influencer, sino un ministro…”.

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