"¿Dices que eres 61% europeo? Te voy a dar una bebida con 61% de agua y el resto de cianuro. El cianuro no es agua y TÚ no eres blanco"
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El nacionalismo liberal de Estados Unidos ha sido durante años un movimiento residual. Un movimiento que en los últimos tiempos, animado por el mandato de Trump, parece haber tomado impulso. Hoy las antorchas polinesias Tiki vuelven a brillar, Twitter vuelve a arder y los supremacistas blancos vuelven a salir a la calle a pelear una causa tan absurda como anacrónica.
Se apoyan en una reinterpretación errónea de la política de identidad, y coincide con un momento en el que resulta fácil y barato acceder a las pruebas de ascendencia genética que verifican esa identidad. Los sociólogos Aaron Panofsky y Joan Donovan, de la Universidad de California, se propusieron investigar la tendencia de los supremacistas a usar dichas pruebas para reafirmar su supuesta pureza racial. Una investigación cuyo final decepcionará y encabronará (aún más) a los racistas.
Los sociólogos presentaron el 14 de agosto su trabajo “Cuando la genética desafía la identidad de un racista: pruebas genéticas de ascendencia entre los nacionalistas blancos”; un documento en el que analizan cómo 600 personas del foro Stormfront –un sitio web de supremacistas y neonazis creado por un antiguo lider del KKK– reaccionaron a los resultados de los test genéticos.
Como Panofsky explica en un artículo para Antropología Cultural, los investigadores encontraron que algunos foristas se sorprendían gratamente con los resultados. Uno decía: “Me sorprendió que no hubiera más trazas alemanas. Evidentemente, el ADN de Y decía “nórdico” y se remonta a la tribu Cimbri, originalmente asentada en Dinamarca”.
En otros casos, el resultado no fue tan estimulante: “ESTA es la razón por la que no recomiendo estas pruebas. ¿Crees que hubo gente blanca en lo que ahora es Senegal? ¿No? Entonces te llevan a pensar que estás mezclado, aunque con toda probabilidad, lo que pasa es que simplemente estás relacionado con algún tonto blanco que mezcló parte de su ADN con los lugareños de lo que ahora es Senegal”.
Y claro, ante semejantes revelaciones, los racistas reaccionaron como suelen. Arremetieron contra quienes tenían un mapa genético confuso. Después de que un forero revelara que era 61% europeo, otro respondió: “Te prepararé una bebida. Es 61% agua y el resto cianuro de potasio. El cianuro no es agua y TÚ no eres blanco”.
En muchos de los casos en los que el resultado genético no fue satisfactorio, los racistas rechazaron la legitimidad de las pruebas sugiriendo que se trataba de una conspiración judeo-masónico-comunista.
Los sociólogos señalan que ese pensamiento de que más que un error hay detrás una conspiración científica con frecuencia responde a la ignorancia de los supremacistas blancos y los neonazis.
(Vía IFL)