Peter Bagge: “Soy una rareza, el resto de dibujantes de cómics son de izquierdas”

Abres Mundo Idiota y las ventanas de tu casa empiezan a batir con virulencia. Los objetos sobre tu mesa tiemblan, con el nervio que precede a un terremoto. Sobre tu cabeza, la lámpara se mece con cadencia de trapecista. Logras mantener el cómic abierto, empujándolo contra la mesa como si fuera un utilitario sin batería que necesitara ser arrancado de nuevo.

Empiezas a leer por la mitad. Te asaltan, titulados así, chistes de negros, chistes de judíos, chistes de maricas, chistes de minusválidos dónde un tetrapléjico es chutado como si fuese un balón de fútbol. Son tiras de Peter Bagge fechadas en 1985. Lo sabes porque localizas una caricatura de Ronald Reagan. “¡No me importa la gente pobre! ¡Bombardeemos Rusia!”, dice, el muy cabrón.

“Cuando releo mis primeros trabajos”, confiesa Bagge, “localizo algunas cosas que hoy haría de forma diferente. Si pudiera, las arreglaría, aunque he de reconocer que mi material antiguo tiene una energía maníaca que ya no poseo. Amaba la forma en que los viejos cómics underground parecían no tener filtros, con artistas dibujando lo que les daba la real gana”, añade. “Sentí que yo tenía que hacer lo mismo”.

Antes de que el generacional Odio lo convirtiera en un autor clave para entender el cómic alternativo de los años 90, Peter Bagge se empezaría a hacer un nombre en el underground americano con Neat Stuff. Recién reeditado como Mundo Idiota para el mercado español, la publicación era un contenedor de historias cortas donde el dibujante hibridaba sus obsesiones estéticas, de Robert Crumb a Tex Avery.

“Mis autores favoritos ahora tienen un perfil bajo, cuando no directamente han dejado de dibujar. Y, aunque hay muchos artistas nuevos que me interesan, no tengo ningún favorito claro”, duda el autor. “Si tuviera que decir un nombre, creo que me quedaría con Adrian Tomine: lo que está haciendo ahora es mejor que nunca”, sentencia, sobre el dibujante de cómics como Intrusos.

La sutileza de las viñetas de Tomine contrasta con las salvajadas que contienen las de Mundo Idiota. Bagge somete a sus personajes a vejaciones, aplastamientos, quemaduras a lo bonzo, pero incluso el torturador se toma sus pausas: en historias más reposadas, el dibujante nos presenta a los Bradleys, una familia disfuncional con la que pondría la primera semilla para (extender luego el) Odio.

“Cuando creé a los Bradleys, no fui consciente de la popularidad que iban a alcanzar esos personajes”, reconoce Bagge. “Los lectores respondieron a ellos de inmediato, por lo que decidí enfocar mi trabajo en ellos cada vez más”. Aunque sería Buddy el miembro de los Bradleys llamado a ser protagonista absoluto de Odio, su filofascista hermano pequeño, Butch, también se convirtió en un fan favourite.

“Butch hoy sería supporter de Donald Trump”, bromea Bagge. “Aunque trato de no pensar mucho en él, a mí Trump unas veces me hace reír, y otras tantas pienso que es una persona horrible en toda forma imaginable”. Si el discurso de Bagge podría intuírse de izquierdas, no es aconsejable pasar de ahí: de la intuición. Colaborador asiduo de Reason Magazine, Peter Bagge se define como anarcocapitalista.

“Los simpatizantes del Libertarian Party queremos que el gobierno tenga cada vez menos poder, menos control sobre la vida de la gente, dado que ahora mismo su poder es abusivo el 100% de las veces”, declara. Otros de sus contemporáneos, como Chester Brown, tienen una tendencia política similar. “Chester y yo somos una rareza entre los dibujantes”, afirma Bagge. “El resto son de izquierdas”.

Peter Bagge se encuentra estos días trabajando, precisamente, en una biografía sobre la escritora y activista libertarian Rose Wilder Lane. “Se titulará Credo”, avanza el autor. Seguramente Bagge la entinte escuchando Revolver de los Beatles o The Beach Boys Today! de los Beach Boys. Como el Buddy Bradley primerizo presentado en Mundo Idiota, Bagge sigue “refugiado en el rock’n’roll”.

“Incluso en mi juventud, siempre me ha gustado la música vieja”, afirma el dibujante, en sintonía con un Buddy que rebusca en la tienda de discos hasta toparse con álbumes de los Yardbirds. Ya que, si bien es natural de Seattle y cronista gráfico del movimiento grunge, los gustos de Bagge tienden más hacia el pop en todas sus vertientes, de los Troggs a las Spice Girls.

“Yo mismo tocaba la batería en un power-trío llamado The Action Suits”, pone sobre la mesa el dibujante. “Nos disolvimos hace por lo menos diez años, y desde entonces he estado en diferentes bandas. Aunque estemos un poco parados últimamente, ahora mismo toco con Can You Imagine?”, apunta, sobre una ignota formación de power-pop cuya única referencia es un álbum homónimo de 2010.

Cierras Mundo Idiota. Abres Spotify. Stay warm, Peter.