PlayGround utiliza cookies para que tengas la mejor experiencia de navegación. Si sigues navegando entendemos que aceptas nuestra política de cookies.

C
left
left
Artículo El primer ministro francés podría ser un personaje de 'Cincuenta sombras de Grey' Lit

Lit

El primer ministro francés podría ser un personaje de 'Cincuenta sombras de Grey'

H

 

Entre Frank Underwood y Christian Grey: ¿quién es Édouard Philippe?

Eudald Espluga

17 Mayo 2017 18:00

Un presidente literario.

Esto es lo que pedía el dramaturgo Éric-Emmanuel Schmitt al flamante presidente de la República, Emmanuel Macron, desde su tribuna en Le Monde: quiere que, a diferencia de Chirac, Sarkozy y Hollande, se eriga como un presidente literario.

La petición ahonda en el seductor misterio en que ha acabado convertido Macron. Tras los primeros compases de su aventura presidencial, la pregunta sigue intacta: ¿filósofo rey o carne de frasescelebrespuntocom? Dudoso discípulo de Ricoeur y doctorando fantasma del radical Balibar, cabe imaginarlo como esta figura a la Marlaux que parece anhelar cierto sector de la cultura francesa.

Con todo, y a la espera de saber si los deseos de Schmitt podrán verse cumplidos, de lo que sí podemos estar seguros es del hecho que Francia tendrá un primer ministro libresco y polémicamente literario: el novelista Edouard Philippe.

¿Quién es Édouard Philippe?

Philippe es coautor de dos novelas de intriga política y sexual. Philippe es amante del boxeo y de Star Wars. Philippe fue lobista de Areva, un gigante francés de la energía nuclear. Philippe se mueve en una indefinición política que recorre el arco que va desde su antigua militancia en el Partido Socialista, pasando por el extremocentrismo liberal, hasta un perfil que parece coincidir con una derecha más tradicional. Philippe no solo es camaleónico en lo ideológico: también es un gran imitador de Giscard. Entre las pasiones literarias de Philippe están Céline, Chateaubriand, John Le Carré o Ellroy.

Pero, de verdad, ¿quién es Édouard Philippe?

Philippe es un hombre gris, de cuarenta y seis años, pelo grasiento y mirada ambigua.

Su inesperado nombramiento (sí, otro más) ha generado multitud de perfiles que invariablemente tratan de responder a esta misma pregunta, el quién-mató-a-Laura-Palmer de la nueva ejecutiva del gobierno francés: ¿quién es Edouard Philippe? Todos nos lo presentan como un personaje dudoso. Un appartchick, un político profesional en el sentido estricto: frío, expeditivo, depredador. Si de Macron sobresalía su encanto juvenil, y la incertidumbre acerca de sus ideas y capacidades no era sino un acicate a su sex appeal de poeta yuppie, la oscuridad de Philippe resulta sombría e intimidante: lo inconcreto de su carácter y procedencia se torna en doblez y mala fe.

No podemos evitar pensarlo: Philippe se mueve por interés, por voluntad de dominación. Es algo así como un Frank Underwood a la francesa. Y esto se aplica también a como despliega, en su literatura, la relación entre sexo y poder. Philippe concibe a las mujeres como seres frágiles, débiles, pasivos, sin iniciativa alguna. A sus ojos, las mujeres son simplemente un trofeo, un premio: como todo lo demás, un territorio por conquistar.

Sin embargo, ¿realmente este es Édouard Philippe?

¿Hasta qué punto lo estamos confundiendo con los protagonistas de sus novelas?

La misoginia y el cinismo que desprenden sus novelas parece incontestable: prosa cipotuda de manual. Pero no solo esto. El caso es que estamos ante una pésima prosa cipotuda: que tanto L’heure de la vérité (2007) como Dans l’ombre (2011) son literariamente decepcionantes puede que se el único consenso firme sobre la figura Philippe.

Esta última novela, que contiene trazos del erotismo ramplón de un Cincuenta sombras, es la que ha desatado todas las polémicas sobre su misoginia. La representación estereotipada de las mujeres es hiriente, principalmente por su simplicidad: sus personajes femeninos parecen más un síntoma que una opción deliberada. Juguetes en manos de los grandes hombres -que para Philippe son los hombres de negocios, los hombres de la política-, le parece reseñable, por ir contra su naturaleza, que una mujer se muestre independiente, resolutiva: "las mujeres no son así". La mujer-madre, la mujer como donna angelicata: ¿es así como son las mujeres para Philippe?

Sin embargo, ¿quién está hablando? ¿no estaremos confundiendo a Philippe con el narrador de sus novelas? ¿Ingenuidad o premonición?

La pregunta sigue siendo la misma: ¿quién es Édouard Philippe?


share