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Artículo “Feministas endemoniadas” vs. “Virgen María Feminista”: la iglesia dividida ante el 8M Now

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“Feministas endemoniadas” vs. “Virgen María Feminista”: la iglesia dividida ante el 8M

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Se cruzan declaraciones de obispos mientras en Roma se celebra una conferencia que pretende cambiar una "ignorancia sistemática" a la igualdad de género

R.M.

07 Marzo 2018 13:59

Al cardenal de Madrid, Carlos Osoro, le preguntaron el viernes de la semana anterior sobre la huelga feminista del 8M. Su respuesta fue: “Lo comprendo, claro. Hay que defender sus derechos. Lo haría también, lo hace también de hecho, la Santísima Virgen María”. En seguida se le echaron encima. El obispo de Alcalá, Juan Antonio Reig Pla, no tardó en publicar un comunicado atacando el contenido del manifiesto de la huelga que, entre otras cosas, reivindica la libertad sexual de las mujeres, el aborto libre o la educación pública. Reig también recordó cuál es su modelo de mujer: “esposa y madre”.

A los pocos días se unió el obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla: “Es curioso cómo el demonio puede meter un gol (al feminismo) desde las propias filas”, dijo, o que el feminismo radical tiene como “víctima a la propia mujer y a la verdadera causa femenina”.

Pasos hacia la igualdad en el Vaticano

El cruce de declaraciones entre las posturas progresistas y conservadoras sobre el 8M coincide con la lenta introducción del debate feminista dentro de la propia Iglesia. Precisamente, el próximo día 8 se celebra en Roma una conferencia que pretende poner en tela de juicio las férreas y anticuadas estructuras de género en la institución, con el objetivo de que se den pasos hacia la igualdad dentro de una Iglesia donde, en la mayoría de los casos, los hombres ostentan los cargos principales y las mujeres son apartadas a trabajos de servidumbre.

En un comunicado, la organización de la conferencia asegura que se viven tiempos marcados por el cambio” pero apunta que “hay lugares en los que la igualdad de género se ignora sistemáticamente, como es el caso de la Iglesia Católica”.

Getty

La conferencia, organizada por Voices of Faith y con el título Why Women Matter? (¿Por qué las mujeres importan?), viene calentada en los días previos por un manifiesto de mujeres cristianas que reivindican que sus roles dentro de la Iglesia “se correspondan con sus talentos y capacidades”, y no por su género. El manifiesto nació fruto de una investigación de una revista del propio Vaticano que denunciaba la explotación laboral de las monjas que, a parte de dedicarse a tareas domésticas como cocinar, hacer camas y planchar la ropa de sacerdotes que viven en residencias, cobran míseros salarios y, en la mayoría de ocasiones, no tienen ni coberturas sociales.

El propio papa Francisco ha reconocido el problema al alertado de que “el papel de servicio al que todo cristiano está llamado se deslice, en el caso de la mujer, algunas veces, hacia papeles más bien de servidumbre que de verdadero servicio”.

Pilares en riesgo

La conferencia anual de este grupo ha sido apoyada en años anteriores por el Vaticano, pero este año es diferente. La Santa Sede ha declinado patrocinar el evento por la temática y al contar este con la participación de Mary McAleese, expresidenta de Irlanda y conocida, entre otras cosas, por la defensa de los derechos LGBTI o reivindicar la ordenación de mujeres como sacerdotes. El papa Francisco, a pesar de sus tímidas posiciones a favor de la igualdad de género, ha rechazado directamente esta última posibilidad.

La introducción del debate feminista en la Iglesia avanza de una manera tibia con problemáticas tan básicas como la desigualdad laboral, pero puede derivar en reivindicaciones más profundas y reales como la ordenación sacerdotal de mujeres, el fin del celibato o interpretaciones de las Escrituras que den a la mujer un lugar más justo que el de ser la costilla de Adán. Puede poner en serio riesgo pilares milenarios sobre los que se ha sustentado una organización que cuenta poder e influencia sobre más de 1.000 millones de fieles, y al que algunos no están dispuestos a renunciar.

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