El Movimiento 5 Estrellas y la Liga Norte acaban de presentar un pacto para gobernar Italia y es tan ultranacionalista como esperábamos
La idea progresista de una renta básica a todos los ciudadanos de un país que se les otorga solo por el propio derecho de su existencia acaba de explotar como una burbuja en Italia. El cuento del bienestar ha mutado en una cosa muy distinta a sus orígenes y ha acabado en un desenlace mucho menos humanista que en sus orígenes. Es lo que ocurre cuando acabas accediendo al poder de la mano de unos ultranacionalistas como los de la Liga Norte.
Este viernes, los partidos Movimiento 5 Estrellas y la Liga Norte confirmaban que tras meses sin llegar a un acuerdo, Italia por fin formaría Gobierno. Las carteras se han repartido como quien forma un equipo de fútbol en el colegio, a falta de que el Presidente Sergio Mattarella acuerde quién se queda con las estrellas de la clase: Asuntos Exteriores y Economía. Pero el pacto de 58 páginas, de claro corte antieuropeo, sirve de boceto perfecto para el futuro de Italia y Europa.
Detrás de las medidas estrella en intolerancia se intuye la mano de Matteo Salvini. La expulsión masiva de inmigrantes irregulares —y en Italia viven cerca de 500.000 personas en esa situación—, y dar subvenciones de guardería solo para las familias italianas, son claramente promesas electorales de la Liga. Sobre los inmigrantes, Salvini llegó a decir que hay que “luchar contra el negocio de la inmigración”, una visión que dista mucho de aquella Europa de brazos abiertos y tolerante y acogedora que defiende en cumbres mundiales su compatriota Federica Mogherini. Pero es que ni M5S ni la Liga sueñan en europeo. Su voluntad es regresar a la Unión Europea pre Maastricht, esa en la que no había políticas exteriores y de seguridad comunes. Los dos partidos también querían salirse del euro, aunque al final tuvieron que quitarlo del borrador, se pasaban de antiestablishment.
También se perciben las ideas de Salvini en la aprobación del flat tax, un sistema de impuestos único de IRPF en el que las familias tendrán que pagar más que las empresas. A los primeros se les impone entre un 15 y un 20%, a los segundos solo un 15%.
El nuevo Gobierno seguirá en la OTAN, pero los dos partidos han acordado acercarse más a Rusia, por el momento reclamando el fin de las sanciones europeas al Kremlin. No es sorpresa, los dos partidos son aliados de Vladimir Putin y sus miembros se han reunido en numerosas ocasiones con sus tecnócratas.
M5S ha logrado colar, sin embargo, una renta básica de 780 euros mensuales en el acuerdo, una de sus medidas estrella de campaña. Sin embargo, la cosa tiene trampa. Como publicaba hace un par de semanas Daniele Nalbone, no existe welfare en la propuesta sino puro workfare.
Los 780 euros solo se podrán cobrar si tienes más de 18, estás parado y no has recibido nunca un salario reconocido o recibes rentas por menos de 780 euros. Para mantener el derecho al subsidio debes declarar inmediata disponibilidad de trabajar en cualquier cosa, declarar que buscas empleo durante dos horas diarias, declarar haber iniciado un proyecto de inserción laboral, presentarse dos veces al mes en el centro de empleo, hacer cursos de formación y someterse a entrevistas psico-actitudinales. No cobras una renta por existir, lo que cobras es una especie de ayuda porque participas en las políticas activas de empleo, de cualquier empleo.
Y todo esto a costa de percibir unos ingresos de un Estado que planea deportaciones masivas. Que promete ayuda a los ciudadanos y liga el concepto ciudadanos con la nacionalidad. Si alguna vez la derecha soñó con la promesa de la renta básica, sin duda debería parecerse en algo a esto.