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Artículo Encargó un test de ADN por internet y acabó descubriendo que su padre no era su padre Now

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Encargó un test de ADN por internet y acabó descubriendo que su padre no era su padre

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Kelli Rowlette quería saber un poco más de sus antepasados pero acabó descubriendo un secreto familiar celosamente guardado

PlayGround

05 Abril 2018 16:03

Kelli Rowlette jamás pudo imaginarse que al encargar por internet un test de ADN de 99 dólares descubriría un secreto familiar celosamente guardado. En julio de 2017, esta mujer estadounidense del estado de Washington decidió que el test de Ancestry.com sería una buena idea para saber un poco más sobre sus antepasados. En los últimos meses, los tests de ADN que se adquieren por internet para saber de qué zonas geográficas provienen tus tataratatarabuelos se han puesto especialmente de moda entre los curiosos que quieren reconstruir su árbol genealógico con un poquito de saliva.

Pero la curiosidad de Rowlette poco le dijo sobre las etnias de sus antepasados lejanos. Un dato del presente consiguió eclipsar cualquier otra información.

Después de mandar las muestras de ADN al laboratorio, Ancestry le reveló que su padre no era su padre y que en realidad era hija de un tal Gerald Mortimer, un médico de Idaho, a 800 kilómetros de su casa. Rowlette quedó por su puesto decepcionada y así se lo comunicó a su madre: el test estaba equivocado porque ni siquiera había acertado en el nombre de su padre, mucho menos iba a acertar en el de sus primitivos ascendientes.

Pero Sally Ashby, la madre de Rowlette, conectó enseguida algunos cables sueltos de su pasado. Rowlette no lo sabía pero sus padres habían estado viviendo en la década de los 80 en Idaho. Sally y Howard formaban una joven pareja que quería tener niños pero eran incapaces de concebir a ninguno. El útero de ella estaba en punta, los espermatozoides de él eran lentos y escasos.

Se les ocurrió entonces acudir a una clínica de fertilidad cerca de su casa. Cuando llegaron al centro, fueron atendidos por el doctor Gerald Mortimer. A partir de aquí ya se imaginarán el desenlace.

Ante los infructuosos intentos de concebir, el doctor Mortimer les propuso una técnica revolucionaria. El procedimiento consistía en mezclar el semen de Howard con el de un donante en una proporción de 85/15%. Los padres pusieron de condición que el donante se pareciera a Howard, que fuera alto, de ojos azules y con título universitario. El doctor Mortimer no cumplía con las características físicas pero aún así decidió utilizar su propio semen, sin informar a la pareja, para inseminar artificialmente a Sally.

Rowlette nació en mayo del 81. Mortimer atendió el parto de Sally que poco después tuvo otro hijo concebido ya de manera natural. La pareja se acabó mudando al estado de Washington donde Rowlette vivió en la ignorancia hasta que ordenando unos papeles encontró su partida de nacimiento en la que vio que el médico que la alumbró llevaba el mismo nombre que el que hacía unos meses le había arrojado a la cara la web de Ancestry: Gerald Mortimer.

Los padres, que habían decidido mantener el silencio después de conocer el resultado del test, esta vez sí que le contaron la historia completa a Rowlette. Ahora han demandado a Mortimer y su clínica por más de 75.000 dólares. Le acusan de fraude, agresión e infringir intencionalmente el contrato que firmaron.

Ancestry, por su parte, ha recibido una positiva publicidad que certifica su precisión y ha lanzado un comunicado con la siguiente frase: “Nos comprometemos a ofrecer los resultados más precisos; sin embargo, con esto, las personas pueden enterarse de conexiones inesperadas”.

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