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Aquí te condenan a 30 años de cárcel por haber tenido un aborto natural

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Evelyn sobrevivió a varias violaciones, ahora la justicia de El Salvador acaba de condenarla por homicidio después de sufrir un aborto espontáneo. Hablamos con activistas, abogados y mujeres condenadas sobre la retrógrada ley anti-aborto del país

silvia laboreo

08 Julio 2017 21:33

Evelyn Beatriz Hernández Cruz fue violada a los 18 por un pandillero. Ocurrió en repetidas ocasiones pero ella jamás se lo contó a nadie, intentó camuflar con el silencio la culpa y la vergüenza que sienten la mayor parte de las veces las sobrevivientes de violencia sexual.

A las pocas semanas la joven descubrió que fruto de las agresiones, se había quedado embarazada. 

En abril de 2016, justo cuando se encontraba en el tercer trimestre de embarazo, empezó a sentir unos dolores en el estómago. Fue en el propio baño de su casa donde tuvo un parto extrahospitalario. Su madre la encontró en estado de shock, sangrando en el suelo, y la llevó al hospital.

Allí las cosas sucedieron muy deprisa.  

“Los médicos desvelan el secreto profesional y dan el aviso de que alguien ha tenido un aborto”, relata a PlayGround Denis Muñoz, el abogado de la joven. En El Salvador abortar es un delito ya que se reconoce al feto como ser humano desde el mismo instante de la concepción. Y en el caso de los embarazos avanzados, el crimen por el que se acusa a estas mujeres es aún mayor. A partir de las 22 semanas de gestación la tipificación del delito cambia y las mujeres que sufren un aborto son acusadas de homicidio agravado por vínculo.  

Evelyn siguió el camino que siguen en El Salvador las mujeres sospechosas de abortar: del hospital a la cárcel, donde lleva presa desde el 6 de abril de 2016.


Evelyn durante un momento del juicio


El pasado miércoles 5 de julio Evelyn recibió su sentencia judicial. A los 19 años la condenan a 30 años de cárcel por homicidio. Por haber tenido un parto extrahospitalario en la letrina de su casa.

Su caso ha provocado un terremoto en el país centroamericano. Bajo el hashtag #JusticiaParaEvelyn, se han organizado vigilias y manifestaciones que piden un cambio en la sentencia y que han servido para reabrir uno de los temas más problemáticos de la nación: la total prohibición del aborto.



El Salvador, la nación antiaborto


Actualmente, El Salvador es uno de los 9 países del mundo en los que el aborto está prohibido en su totalidad, pero no siempre fue así.

“Cuando en el año 1992 se produjeron los acuerdos de paz tras la guerra, se acordó elaborar y aprobar un nuevo Código Penal que ofreciera mayores garantías a la ciudadanía”, cuenta la activista feminista y directora de la Agrupación Ciudadana por la Despenalización del Aborto El Salvador, Morena Herrera.

Y la responsabilidad de armar los mimbres de un nuevo código penal salvadoreño debía recaer en la primera legislatura que surgiera tras las próximas elecciones. “En ese contexto, grupos antiderechos y fundamentalistas, pero también la jerarquía de la Iglesia Católica y Evangélica, vieron la oportunidad de eliminar todas las formas de aborto no punibles que había en el anterior Código”, explica Herrera.

Hasta entonces, el aborto se permitía en el caso de los 3 causales tradicionales, las penas carcelarias eran menores y no se perseguía activamente la interrupción del embarazo.

El debate llegó a la Asamblea Legislativa donde los grupos conservadores hicieron presión y finalmente consiguieron que en abril de 1998 se apruebe la reforma de la Constitución que condena hasta día de hoy el derecho al aborto. “Incluyeron en el artículo 1 un agregado en el que el Estado reconoce a la persona humana desde el instante de la concepción”, puntualiza Morena.



A partir de ahí comienza la persecución a las mujeres sospechosas de haberse practicado un aborto. “Pero no a todas las mujeres, se persigue a las que acuden a los hospitales públicos con señales o con sospechas de haber cometido un aborto”, cuenta la activista Morena Herrera. Hospitales a los que suelen acudir mujeres con escasos recursos, las que no se pueden permitir un seguro privado.



Bajo el hashtag #JusticiaParaEvelyn, se han organizado vigilias y manifestaciones que piden un cambio en la sentencia. Unas protestas que han servido para reabrir uno de los temas más problemáticos en El Salvador: la total prohibición de este derecho fundamental.


“Comienza a funcionar un círculo vicioso en el que el médico y el enfermero se sienten vigilados, la trabajadora social también… todo el mundo sabe que si no denuncia puede ser denunciado”, recuerda Herrera.

El miedo impera. Uno de los apartados del Código Penal advierte que todo aquel que proporcione información sobre abortos o cómo practicarlos puede ser procesado. Ese pánico de la sociedad a hablar de la interrupción del embarazo alcanza incluso al movimiento feminista. “Yo le llamo el periodo de autocensura”, cuenta Morena. Y añade: “a partir de ahí todo se hace más peligroso, más clandestino y más caro”.





El nacimiento de las 17 de El Salvador


Así, en este contexto oscuro de clínicas clandestinas, abortos inseguros y detenciones, la sociedad civil salvadoreña empieza a organizarse. Se enteran del caso de Karina Herrera, una chica de 24 años condenada a 30 años de prisión efectiva por “homicidio agravado por el vínculo”. Ella se convierte en la semilla del movimiento Solidarias con Karina, una organización con un solo objetivo: sacarla de la cárcel.

“En julio de 2009 le dan la libertad a Karina y cuando sale nos dice: ‘miren no soy solo yo, hay más mujeres en la misma situación'”, explica Morena Herrera. Ese mismo año se conforma la Agrupación Ciudadana por la Despenalización del Aborto El Salvador. “Empezamos a trabajar por la libertad de otras mujeres, a buscar casos y a ampliar la defensoría de las mujeres”, recuerdan desde la organización. Cuatro años más tarde, nace Libertad para las 17.



El 1 de abril de este año, la recién creada asociación presenta en la Asamblea Legislativa 17 solicitudes de indulto, uno por cada mujer condenada. Las 17 eran casos emblemáticos que cumplían con todas las condiciones, sentencias firmes y cómputo de pena, entre otras.  Sin embargo, había otras más. “Hasta ahora hemos apoyado a 17 mujeres para que salgan de la cárcel con sentencias firmes que hemos logrado revertir y algunas con varios años a sus espaldas”, detalla Morena Herrera.



El caso de Sonia Tábora


Una de ellas es Sonia Tábora. Se quedó embarazada en 2004 pero no se lo dijo a su familia. La noche del 19 de febrero de 2005, estando de siete meses, sintió dolores en la barriga. “A los 3 días ya eran dolores de parto y fue cuando decidí ir al hospital. Eran las cinco de la tarde y perdí el último bus”, rememora ahora Sonia. “A las ocho de la tarde me arreciaron los dolores, salí de casa con una colcha y fue allí donde nació”, explica. “El bebé no lloró cuando nació y yo tengo entendido que los bebés lloran cuando nacen”.

Tras dar a luz, Sonia fue víctima de hemorragias y shock nervioso. Así la encontró su hermana que llamó a su padre para llevarla al hospital. “Allí me dijeron que iban a ir con mi hermana al lugar de los hechos y que si la niña estaba muerta me iban a detener. Y así fue”, cuenta Sonia.



“El día 1º de abril presentamos a la Asamblea Legislativa 17 solicitudes de indulto, uno por cada mujer condenada en circunstancias sumamente injustas. Para todas ellas no hay otro camino, se han agotado las posibilidades de defensa judicial por otras vías”



La acusaron de homicidio agravado en un juicio sin pruebas que determinó una sentencia a 30 años. Solo tenía 20 años cuando la metieron entre rejas donde cumplió 7 años y 5 meses. “Por medio de una compañera de la cárcel conocí a los grupos que trabajaban para liberar a las mujeres que abortan. El licenciado vino a verme y me dijo que mi caso era difícil pero iban a intentar sacarme”, recuerda.

Tras varios años de litigios, el 13 de febrero de 2017 Sonia recuperó por fin la libertad. ”Me sentí feliz, liberada, ya no me iba a perseguir más la justicia. Ahora me siento tranquila”, explica. Para otras mujeres como ella pide “que se investigue bien, que no se sigan cometiendo errores” y que no se condene a mujeres inocentes.


¿Habrá justicia para Evelyn?


Esos errores que Sonia pide que no se cometan son los mismos que han llevado a Evelyn a la cárcel y que podrían arruinar su juventud. “Fue un fallo muy sexista, dirigido a un juzgamiento social a Evelyn y nada apegado a las pruebas que se vertieron durante el juicio”, denuncia el abogado de la joven, Denis Muñoz. “Es un problema de justicia social, si fuera la hija de un congresista o de un magnate seguro que no sería tratada como Evelyn”, explica Denis.

Aún con todo y pese a las últimas noticias, los activistas pro despenalización del aborto en El Salvador se muestran optimistas.



“En estos años hemos ido sacando a mujeres de la cárcel por distintas vías, trabajamos en una propuesta de cambio de ley que se está debatiendo ahora mismo en la Asamblea Legislativa y hacemos concienciación ciudadana acerca de la problemática del aborto como un problema de salud pública, vinculado además a los embarazos de niñas y adolescentes”, incide Morena.

“La actitud del Presidente de la Asamblea Legislativa no es tan cerrada como antes. Eso puede ser visto como un avance”, reconoce Mezti Martel de Seguimos Unidos, otra de las organizaciones ciudadanas que lucha por la despenalización de la interrupción del embarazo. “Además, la ministra de Salud está de acuerdo con la interrupción del embarazo”, añade.

Seguimos Unidos y la Agrupación Ciudadana por la Despenalización del Aborto El Salvador coinciden en que aún queda mucho por hacer y que todo pasa por un cambio en la sociedad, que la gente de El Salvador vea de manera diferente esta problemática.

Pero, ¿habrá justicia para Evelyn?

 







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