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Mató al perro de su vecino, lo cocinó y se lo ofreció para comer

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Una venganza muy retorcida

Elena Rue Morgue

12 Abril 2018 17:43

En Pyeongtaek, Corea del Sur, un granjero ha matado al perro de su vecino para después cocinarlo e invitar a su dueño a comérselo. Su único motivo para hacerlo es que estaba enfadado por los ladridos del animal. El caso ha generado una gran indignación en las redes.

El hombre de 62 años, cuya identidad no ha sido revelada, confesó el crimen después de que un vecino le delatara a la familia del perro, un corgi de dos años. Dijo que estaba tan irritado por escuchar al perro ladrar que le lanzó una piedra, dejándolo inconsciente.

“Solo después de que el perro se hubiese desmayado, lo estranguló y lo cocinó”, explicó un detective de la ciudad. “El hombre entonces invitó a los vecinos a compartir la carne, incluyendo al padre de la familia dueña del perro”.


La carne de perro forma parte de la cocina surcoreana, pero su consumo está descendiendo cada vez más entre las nuevas generaciones. Los coreanos jóvenes ven a los perros como mascotas, no como comida, y comérselos es ya un tabú para la mayoría.

El caso se dio a conocer a través de internet cuando la hija de la familia compartió una petición pidiendo apoyo para que el asesino de su perro fuese condenado, generando gran indignación y consiguiendo 15.000 firmas.

“Habíamos estado dando vueltas por toda la ciudad, repartiendo papeles con la foto del perro, nuestro número y una recompensa de 760 € para lograr encontrar a nuestro perro perdido”, explicó la hija de la familia a The Guardian. "Cuando llegué a casa del hombre, que vive solo a 3 puertas de la nuestra, expresó simpatía, y prometió que nos avisaría si encontraba al perro”.

Podríamos decir que su vecino estaba aplicando de la forma más literal posible aquello de “tirar la piedra y esconder la mano”, ya que por aquel entonces ya tenía escondido al perro en su granero.


En un acto de sociopatía extrema, al día siguiente el sospechoso tuvo el coraje de ir a visitar al padre a su casa. Bebió con él y lo consoló por la pérdida de perro. “Incluso invitó a sus vecinos a compartir con él la carne de perro, incluyendo a mi padre, que no lo aceptó porque come carne, pero no de perro”, explicó la joven.



En Corea del Sur se siguen consumiendo un millón de perros al año mientras los activistas del país siguen intentando prohibir su consumo.

[Vía The Guardian]

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