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Artículo Miguel Díaz-Canel, el apparatchik que gobernará Cuba tras la era Castro Now

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Miguel Díaz-Canel, el apparatchik que gobernará Cuba tras la era Castro

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Díaz-Canel acaba de ser designado nuevo presidente de Cuba que tendrá por primera vez en 60 años a un dirigente sin el apellido Castro

Margaryta Yakovenko

18 Abril 2018 17:12


Lo de Miguel Díaz-Canel no es un ascenso meteórico. Lleva años empapándose del funcionamiento del Buró comunista cubano, escuchando quejas de sus ciudadanos, recorriendo calles cochambrosas en las rondas de guardia nocturna. Probablemente, a Díaz-Canel de vez en cuando se le ha abierto enfrente algún que otro atajo, alguna autopista prácticamente desierta. Pero ha preferido el camino más largo y estrecho. Sabía que en las autopistas luego no te podías librar de los peajes.

Esperó, y en unas horas su paciencia será recompensada.

Cuba inaugura este miércoles la IX Legislatura de la Audiencia Nacional que se prevé que durará unos dos días. Durante el acto, Raúl Castro dejará de ser el presidente cubano cumpliendo su propia imposición de ostentar solo 2 mandatos seguidos. Todas las flechas apuntan a que Díaz-Canel, vicepresidente y delfín de Castro, tome el relevo.

Miguel Diaz Canel con la viceministra para los Salvadoreños en el Exterior, Liduvina Magarin.

Por primera vez en 6 décadas, Cuba no tendrá a un dirigente con el apellido Castro. Y también por primera vez, una persona nacida después de la Revolución de 1959 ocupará el cargo. Díaz-Canel nació en Villa Clara un año después de la caída del dictador Fulgencio Batista. Hijo de un obrero de una planta industrial y una maestra y fan de los Beatles, en 1982 se graduó como ingeniero electrónico. De 1982 a 1985 cumplió con su servicio militar en una unidad de misiles antiaéreos. Dos años después se incorporó a la Unión de Jóvenes Comunistas y empezó a compaginar su trabajo de profesor con viajes a Nicaragua para apoyar a los sandinistas. En 1994 fue nombrado como primer secretario del Partido Comunista Cubano en Villa Clara.

Su reputación en ese momento era la de un funcionario ejemplar, cercano a la gente. Atendía a cualquiera que llamara a su puerta. Hacía la guardia nocturna a pesar de que como alto cargo político no estaba realmente obligado. Apoyó incluso proyectos polémicos en la época como el bar “El Mejunje” primer centro LGTBI que presentó espectáculos de Drag Queens. Durante los 9 años que pasó en Villa Clara, donde se casó con su primera esposa Marta Villanueva y tuvo con ella dos hijos, nació un mito alrededor de su figura. Las gentes de la provincia decían que el político tenía por costumbre disfrazarse para aparecer en lugares de atención al público y verificar que el servicio fuera decente.

Díaz-Canel en una visita al Kremlin en 2016.

En 2003 Díaz-Canel fue trasladado como primer secretario a Holguín, la provincia que vio nacer a los Castro. No logró adaptarse demasiado bien a su nuevo destino, puso demasiados columpios en vez de arreglar los suburbios. Sin embargo de allí se llevó un nuevo casamiento: Liz Cuesta Peraza, que sigue siendo su esposa.

Cinco años después de su destino, Raúl Castro llamó a Díaz-Canel a sumarse a las filas de la cumbre política con el cargo de ministro de Educación Superior. Su seriedad, bajo perfil y lealtad infatigable se ganaron a Castro que en 2012 lo convirtió en vicepresidente. En los últimos meses, el político ha ido apareciendo cada vez más en público de la mano de su esposa. A pesar de que el cargo de primera dama no existe en Cuba, la nueva regeneración política podría ayudar a normalizar la presencia femenina al lado del líder. Aún así, esa es una de las pocas cosas que Díaz-Canel consiga cambiar. Estar bajo la influencia de su mentor durante tantos años augura escaso rupturismo. Por otro lado, Raúl Castro seguirá gobernando Cuba desde su puesto de Secretario General del PCC hasta 2021. “Para llegar a donde ha llegado sin ser defenestrado la condición número uno es no salirse del guión, y él ha sido muy efectivo en eso”, aseguró a El País Nora Gámez Torres, especialista en Cuba del diario Miami Herald. En unas pocas horas no quedará ningún Castro en el poder, pero al castrismo aún no le han puesto fecha de caducidad.

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