La administración dejará operar hasta en franjas de California, donde se prohibió tras el brutal derrame de crudo de 1969
Donald Trump ha anunciado sus planes de abrir casi todas las aguas costeras de Estados Unidos a la perforación de petróleo y gas. Las compañías podrán operar hasta en la franja frente a California, donde se prohibió la actividad tras un grave derrame de petróleo cerca de Santa Bárbara en 1969. O en Florida, que se vio afectada tras la explosión de la plataforma Deepwater Horizon en el Golfo de México en 2010 y en la que se liberaron millones de litros de crudo al océano. Murieron once personas.
La administración de Trump permitirá la extracción en el 90% de las aguas oceánicas estadounidenses. El plan contempla realizar 47 arrendamientos a industrias petrolíferas entre 2019 y 2024, incluidas 19 áreas en las aguas alrededor de Alaska, 7 en el océano Pacífico y 9 en el Océano Atlántico. La única zona que se respeta son las aguas al lado de las Islas Aleutianas, en el oeste de Alaska, que fueron protegidas por el expresidente George W. Bush.
La medida vuela por los aires gran parte de los límites de protección ambiental impuestos por Obama al final de su mandato. Cerca de 64 grupos ecologistas la han calificado de “regalo vergonzoso” para la industria petrolera y algunos han anunciado que buscarán vías legales.
No ha sentado bien ni a algunos republicanos. Rick Scott, gobernador republicano de Florida, se opone. Ha visto cómo el turismo, la pesca y los establecimientos locales han sufrido un golpe tras lo sucedido con Deepwater Horizon.
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"Vamos a convertirnos en la superpotencia energética más fuerte que este mundo haya conocido", justificaba el Secretario del Interior, Ryan Zinke.
Desde la industria petrolera, contenta con la decisión, se pidió más. “Estas son nuestras tierras". “Son propiedad de los contribuyentes y deberían estar disponibles", expresó Thomas J. Pyle, presidente de American Energy Alliance.
Una a una, Donald Trump acaricia a los intereses empresariales y la da la espalda a los retos del planeta. Retiró a EEUU del Acuerdo de París. Anuló regulaciones al fracking exigidas por la anterior administración. Pretende ampliar polémicos oleoductos de gas. Y a ordenado, entre otras cosas, la mayor reducción de áreas protegidas de la historia de EEUU.