Barcelona tras la sentencia: dos semanas de tensión y clamor ciudadano, en imágenes

Volvamos dos semanas atrás. El 14 de octubre, el Tribunal Supremo dicta sentencia contra los líderes independentistas responsables del 1-O. La pena máxima es de 13 años de cárcel para Junqueras. A los Jordis les caen 9 años. A las pocas horas de hacerse públicas las condenas, centenares de personas ponen rumbo a El Prat con la intención de paralizar la actividad del aeropuerto. Empieza la ola del Tsunami Democràtic. Desde entonces, las movilizaciones en contra de la decisión judicial no han cesado.

En las recientes manifestaciones y disturbios en Barcelona hemos visto de todo. Desde barricadas a turistas haciéndose selfies con el fuego como telón de fondo. Desde policías rociando gas pimienta y disparando bolas de goma, a manifestantes contestando con pedazos de adoquín lanzados con tirachinas. Durante estos días he estado en la mayoría de las manifestaciones que han agitado la vida catalana y española y esto es lo que he visto y sentido.

MARTES 15

Una manifestación que nació siendo tranquila se encontró con las vallas de los Mossos. Después de lo que parecieron horas, los catalanistas echaron abajo las vallas y aparecieron los problemas.

Los manifestantes hurgaron entre los contenedores en busca de cartones que luego incendiaron. Los Mossos apagaron el fuego y aprovechando la humareda que provocaban los extintores, empezaron las cargas. En respuesta se formaron las primeras barricadas. La imagen de contenedores ardiendo en mitad del Paseo de Gracia no será fácil de olvidar.

MIERCOLES 16

La segunda noche comenzó con el vuelo de papel higiénico y acabó con los bomberos apagando cinco coches incendiados. La Policía cargó rápido y empezaron a volar gases pimienta y bolas de goma.

Lo que más recuerdo de esa noche es el calor. Durante una hora me vi encerrada entre dos frentes: por detrás una intersección con barricadas a cada lado y por delante un fuego que consumió varios coches.

Después de los primeros momentos de asombro, la preocupación empezó a expandirse entre los periodistas que fotografiaban y filmaban la escena y los vecinos de la zona porque los bomberos no llegaban.

JUEVES 17

De ver a gente saltando a la comba en las Olimpiadas Populares pasé a una manifestación españolista, contra antifascistas. La noche se volvió tensa cuando las protestas empezaron a disgregarse. Se multiplicaron los puntos calientes. Otra noche más, los Mossos empezaron a disparar bolas de goma.

Sorprende que los policías, que casi se puede decir que acompañaban la mani españolista, no hicieran nada cuando los manifestantes se dedicaron a tirar piedras, e incluso algún petardo, contra los balcones que lucían esteladas.

VIERNES 18

Es difícil poner en palabras lo vivido el viernes. El día empezó con una protesta multitudinaria frente a la Jefatura de Policía y acabó con enfrentamientos frontales entre manifestantes y efectivos de los cuerpos de seguridad del estado. Esa noche, yo misma fui alcanzada dos veces con pelotas de goma.

Durante la tarde los manifestantes ocuparon Vía Laietana. Los policías empujaban a la masa hacia Plaza Urquinaona con esa técnica disuasoria que tanto suena últimamente: el carrusel. Hacia las nueve de la noche empezaron los momentos más tensos. De un lado, barricadas y adoquines volando contra los agentes. Del otro, los Mossos no paraban de disparar pelotas de goma y gas pimienta.

En medio de ese jaleo, me sorprendió la diferencia de trato para con los periodistas allí congregados. La policía no paraba de apartarnos con gritos. Mientras los independentistas se preocuparon por mí en varias ocasiones. Los enfrentamientos llegaron a un punto en que me sentí atrapada.

DOMINGO 20

Día extraño. Recuerdo ver a gente con bolsas de basura tirándolas tras la barrera de los Mossos. Pero lo más memorable fue un encuentro con un Policía Nacional. Sobre las 16:00 horas estaba delante de la Jefatura de Policía en Vía Laietana. Observaba cómo varios españolistas se acercaban a los agentes para darles las gracias, pedirles fotografías, entregarles regalos y flores. Incluso algunos decidieron ir a comprarles pizzas...

Cuando un grupo llegó con unas 20 o 30 cajas de pizza, un policía me vio haciendo fotos y me obligó a borrarlas arguyendo que no sabía el uso que iba a hacer de ellas. Por suerte, un periodista que pasaba por ahí fué testigo de todo lo que había pasado, se acercó a mí y me explicó como podía rescatarlas. Así lo hice y horas más tarde las publicaba en mis cuentas de Instagram y Twitter.

LUNES 21

La manifestación fue otra vez delante de Interior, pero esta vez parecía una cadena de montaje. Empezaron jugando con globos, hasta que apareció la pintura. Mientras algunos grupos llenaban globos con pintura diluida en agua, otros los lanzaban contra un furgón de los Mossos. Las risas cuando los lanzadores acertaban, rabia cuando los globos no acababan de explotar. El conjunto parecía un cuadro o una fiesta de carnaval, todo el mundo pintado delante de unos policías que se miraban lo que estaba sucediendo entre la soberbia y la indignación.

SABADO 26

Tres manifestaciones en un día, empezando por los que piden diálogo a la protesta catalanista con la presencia del president Torra y Artur Mas, entre otros. De la tranquilidad de estas dos a la locura de Vía Laietana. En todos los días de manifestaciones no había visto una respuesta tan enérgica de los Mossos. Empezaron a cargar casi sin aviso y se formó tal descontrol que la multitud de periodistas me arrastraba de un lado al otro mientras intentaba hacer fotos.

Después de una tensa calma los Mossos decidieron dispersar la manifestación utilizando proyectiles de foam a diestro y siniestro. Mi noche acabó con la imagen de un chico a la que un disparo de foam le había arrancado tres dientes.

DOMINGO 27

Como si fuera un concierto de rock, los asistentes a la manifestación constitucionalista esperaron horas para saludar a los dirigentes del PP y Ciudadanos. Pablo Casado, Albert Rivera, Inés Arrimadas y Xavier Albiol se dieron un baño de masas con banderas y bandera españolas por detrás.

Es difícil saber hacia donde se dirige Cataluña, cuales serán los próximos pasos de los manifestantes. Se han convocado varias manifestaciones para la segunda semana de noviembre coincidiendo con las elecciones generales. Entre tanto, la ciudad condal parece que va recuperando la calma.