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Recibe un disparo en la vagina durante un juego sexual que acabó fatal

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Su fantasía estuvo a punto de costarle la vida

Cristina Ortiz

06 Agosto 2017 17:50

En ocasiones, el deseo asoma donde no lo esperas. Los resortes que nos desbordan la fantasía y la libido pueden sorprendernos en casi cualquier situación. Todos tenemos nuestras filias un pelín extrañas. Y sucede que algunas de esas filias pueden ser... ?peligrosas?.

Las armas siempre han tenido su lugar en el mundo de las parafilias sexuales. Igual que hay quien se excita sintiendo la hoja de un cuchillo, hay quien se excita jugando en la cama con armas de fuego. La cosa incluso tiene su nombre en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales: hoplofilia.

No sabemos si el suceso que nos ocupa surgió como exploración consciente de esa parafilia o fue más fruto de la imaginación y el picor del momento. Lo que sí sabemos con certeza es que la cosa estuvo a punto de acabar fatal.

Tan fatal que David Jeffers, una de las dos partes en aquella noche de sexo “de alto riesgo” —nunca mejor dicho—, acaba de ser condenado a diez años de cárcel por lo que pasó.

Este es el angelito.


Greater Manchester Police

Los hechos sucedieron el pasado 30 de enero en el Britannia Hotel de Offerton, un suburbio de Stockport, en el condado metropolitano del Gran Manchester.

La víctima de esta historia, una mujer de 46 años cuyo nombre no puede citarse por motivos legales, había citado allí a Jeffers. Ambos eran amantes, o follamigos, o lo que tú quieras llamarlos. Los mensajes de texto de ambos evidencian que mantenían una relación “íntima”, según la policía. Su encuentro aquel día no fue casual.

Aquella velada, la pareja bebió y se drogó —cocaína seguro, y quizás alguna otra cosa— antes de ponerse al lío. Luego, en mitad del polvo, o entre polvo y polvo, Jeffers procedió a “encañonar” a su amante.

Con esto queremos decir que le introdujo el cañón de una pistola en la vagina.

Con la mala suerte de que, por alguna razón, el arma, que estaba cargada, “se disparó” de manera “accidental” durante el juego, reventándole los adentros a ella.


Durante el sexo, Jeffers introdujo el cañón de la pistola en la vagina de ella. El arma, que estaba cargada, se disparó de manera accidental


Según el recuento de los hechos, Jeffers quedó horrorizado y decidió huir del hotel como alma que lleva el diablo.

El hombre se acojonó muchísimo (normal). Se vistió, recogió sus cosas —pistola incluida— y se largó de allí usando una puerta trasera. Dejó a su compañera desangrándose sobre la cama. Muy mal. Antes de la espantada al menos tuvo el detalle de llamar desde la habitación a recepción solicitando una ambulancia porque “una mujer había recibido un disparo”.

Aquella llamada salvó la vida de la mujer. La víctima fue trasladada de urgencia al Manchester Royal Infirmary, donde fue intervenida con éxito. Sobrevivió, pero nadie la libra de tener que lidiar con daños graves en la vejiga y sus órganos reproductivos durante el resto de su vida.


Entrada del Britannia Hotel de Offerton. Google Streetview


¿Por qué se disparó la pistola? ¿Fue algún tipo de falló mecánico? ¿Apretó el gatillo él sin querer? No queda claro.

Jeffers asegura que se había encontrado el arma (¿?) en los aseos de un pub de Leeds —ciudad en la que reside— en el que mató unos minutos mientras esperaba a coger el tren que le llevó hasta Stockport. Él mismo dice no poder explicar lo que pasó, aunque ha reconocido que su dedo estaba en el gatillo en el momento en el que el arma se disparó.

Inicialmente el hombre se enfrentaba a un cargo de intento de asesinato por lo que pasó aquel día. Al final se ha declarado culpable de “posesión de arma de fuego con la intención de poner en peligro la vida”.

La rebaja de los términos se apoya en su papel instrumental en aquella velada. La investigación ha concluido que la idea de la pistola no fue de Jeffers, sino de ella. Era su fantasía sexual. Quería ser penetrada con un arma. Ella le pidió que lo hiciera. Quizás ahora se arrepienta.


[Vía The Telegraph, The Independent]

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