PlayGround utiliza cookies para que tengas la mejor experiencia de navegación. Si sigues navegando entendemos que aceptas nuestra política de cookies.

C
left
left
Artículo Drogan con MDMA a pulpos y descubren que se comportan como nosotros Now

Now

Drogan con MDMA a pulpos y descubren que se comportan como nosotros

H

 

Su reacción fue digna de un after pero, ¿es ético experimentar con los animales de esta manera?

PlayGround

21 Septiembre 2018 13:02

El consumo de MDMA provoca en los humanos una explosión de sociabilidad, un interés desmedido por el otro y una necesidad de acercamiento no aceptada en condiciones normales. Pero, ¿cuál sería la reacción de otras especies al consumo de éxtasis?

Un estudio capitaneado por la neurocientífica Gul Dölen y el biólogo Eric Edsinger se propuso dar respuesta a esa incógnita. La investigación, publicada en la revista Current Biology, usó como muestra a un animal muy especial: el pulpo de dos manchas de California.

Los cefalópodos son especies muy diferentes a los humanos a nivel cerebral. Mientras que nosotros tenemos un cerebro centralizado, los pulpos cuentan con un sistema nervioso descentralizado con centros de control para cada tentáculo. Y en concreto este ejemplar, el pulpo de dos manchas de California, es el único que tiene el genoma completamente secuenciado.

Los investigadores se preguntaban si los pulpos, al igual que los humanos, también tenían un sistema para controlar la molécula de serotonina. Y si después de 500 millones de años de evolución estos animales seguían teniendo el gen capaz de transportar serotonina.

Este neurotransmisor presente en nuestro organismo es muy importante en la regulación del estado de ánimo, el sueño, el dolor, el apetito y otros comportamientos. La droga modifica la forma en la que las proteínas que transportan la serotonina viajan entre las células cerebrales, lo que genera esta sensación desinhibida que experimentamos.

Caption

Pues bien, los pulpos reaccionan al MDMA de manera muy similar a los humanos. Para comprobarlo, los científicos echaron un poquito de éxtasis en el acuario donde estaban 4 pulpos… y esperaron a que hiciera efecto.

Tras un rato chapoteando en MDMA, los investigadores pasaron a los pulpos a otro tanque con 3 salas a elegir: una habitación con un juguete, otra central y una con un pulpo macho.

Tras el MDMA los animales experimentaron un subidón de sociabilidad digno de un after cualquiera a las 8 de la mañana. Exploraban al pulpo con curiosidad, hacían volteretas, nadaban con los tentáculos extendidos y prestaban suma atención a olores y sonidos.

Es decir, todo parece indicar que el mecanismo que permite que el éxtasis se una a sus células es similar al nuestro, a pesar de tener cerebros muy diferentes. “Un pulpo no tiene corteza cerebral y no tiene un circuito de recompensa”, explicó a Gizmodo Gül Dölen, profesora asistente de neurociencia en la Universidad Johns Hopkins. “Y sin embargo, es capaz de responder al MDMA y obtener los mismos efectos con una organización cerebral totalmente diferente. Para mí, eso significa que la parte funcional de estas cosas está en el nivel de la moléculas”, añadió.

Los resultados del estudio arrojan luz sobre la existencia de comportamientos sociales similares a los humanos en el reino animal, incluso en los invertebrados, y ayudarían a explicar mejor los orígenes antiguos de este comportamiento y el papel que juega la serotonina en él.

Los cefalópodos son especies muy diferentes a los humanos a nivel cerebral. Mientras que nosotros tenemos un cerebro centralizado, los pulpos cuentan con un sistema nervioso descentralizado con centros de control para que cada tentáculo

Una de las preguntas fundamentales que surgen tras leer este estudio es hasta qué punto es necesario experimentar con drogas recreativas y animales. ¿Es ético drogar a pulpos por el bien de la ciencia?

Desde hace tiempo, asociaciones como Animal Justice Project piden acabar con este tipo de experimentos. Desde 2010, solo en Reino Unido, se han utilizado sustancias como cocaína, anfetaminas, éxtasis, nicotina, alcohol, "drogas de diseño", ketamina, cannabis, diazepam y heroína para experimentar con animales. Países como Nueva Zelanda ya han dado pasos positivos para acabar con esta práctica.

Por otro lado, medios como National Geograpic preguntaron a varios especialistas en ética médica sobre este caso en concreto y todos llegaron a la conclusión que lo principal es que los animales fueran tratados bien y que la investigación tuviera algún tipo de utilidad para la medicina veterinaria y humana. Según los científicos participantes en el estudio, no hubo signos de un particular estrés y tras el experimento los pulpos fueron devueltos a sus tanques en el Instituto Oceanográfico Woods Hole en Massachusetts, donde continuaron reproduciéndose.

share