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Este mapa muestra cuánto calor hacía el día que naciste y en el que morirás

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Esta web te muestra cómo está cambiando el clima en tu ciudad año tras año

Rosa Molinero Trias

03 Septiembre 2018 13:14

Si tienes la sensación de que cada verano hace más calor que el anterior, es porque de verdad lo hace. Las temperaturas están aumentando año tras año alrededor del planeta a causa del calentamiento global. Para que te hagas una idea, desde The New York Times, con la colaboración del Climate Impact Lab, han creado una web interactiva donde puedes comprobar cuántos grados ha aumentado la temperatura en tu ciudad desde el año que naciste.

Si naciste en Ciudad de México en 1998, aquel año solamente hubo un día que el termómetro sobrepasó los 32ºC. Sin embargo, hoy la capital mexicana tiene una media de 6 o más días en que las temperaturas llegan o sobrepasan a los 32ºC. Y cuando llegues a los 80 años, en 2078, puede haber entre 15 y 25 días así de calurosos.

The New York Times/Climate Impact Lab

En el caso de Barranquilla, en Colombia, en 1998 hubo unos 120 días en los que superaron los 32ºC. En 2018, se espera que haya 157 días en los que se alcancen los 32ºC o más. Y en 2078, puede haber entre 196 y 300 días, con una media de 220 días al año de altas temperaturas.

The New York Times/Climate Impact Lab

Lo mismo pasa en Madrid, España, el año 1998 registró unos 45 días en los que se llegó a 32ºC. Pero hoy ya se cuentan 54 de estos días tan calurosos y hacia 2078 podrían ser entre 70 y 97.

The New York Times/Climate Impact Lab

En las tres ciudades, este aumento de las temperaturas es imparable: se producirá aunque todos los países cumplan sus acuerdos de emisiones. Ya no hay vuelta atrás pero el calor todavía podría ser peor si no se cumplen.

Será incluso más extremo para las regiones que ya tienen un clima muy caluroso. “Jakarta, Indonesia, podía esperar unos cinco meses de 32ºC de media en 1960. Hacia finales de este siglo, ese calor podría durar casi todo el año”.

Los científicos afirman que entre los distintos factores que permitirán una mejor adaptación a las altas temperaturas que sobrevendrán en el futuro, están los recursos económicos. Por ejemplo, el hecho de poder permitirse enfriar el hogar o el lugar de trabajo con aire acondicionado, supondrá una diferencia de grados vital para las personas cuya salud corre un mayor riesgo al estar expuesta a las altas temperaturas, es decir, niños, ancianos y pacientes crónicos.

Además, la zona donde se habite podrá marcar la diferencia. Tal y como demostraron científicos de la Universidad de California en Berkeley, la proximidad a zonas verdes, que enfrían el ambiente, señalan divisiones raciales y de clase. Los afrodescendientes tenían 52% posibilidades de vivir en una zona de más calurosa y con más riesgo.

“Los efectos sobre la salud de las altas temperaturas golpearán a los más vulnerables”, afirmaba Cynthia Rosenzweig, directora del Climate Impacts Group del Goddard Institute for Space Studies de la NASA.

Para ilustrar esta tesis, The Guardian publicaba un reportaje en el que citó un estudio de la Universidad de Hawai en Manoa, investigó qué porcentaje de la población mundial se vería expuesta a un calor mortal. Sus resultados son horripilantes: si a día de hoy un 30% de personas se exponen a 20 días de temperaturas que entrañan riesgos para la salud, en 2100 serán un 74% si los gases de efecto invernadero siguen aumentando y con ellos la temperatura del planeta.

En Canadá este verano se comprobó el efecto devastador de una ola de calor sobre la población más desfavorecida: 90 personas murieron en Quebec en poco más de una semana debido a las altas temperaturas y otras 54 perecieron en Montreal. La mayoría tenían más de 50 años, vivían solos, padecían alguna enfermedad y ninguno tenía aire acondicionado.

“Morir en una ola de calor es como ser cocinado lentamente. Es pura tortura”, afirmaba el líder de la investación, Camilo Mora.

Por otro lado, estar acostumbrados al calor y también vivir en una zona donde la humedad sea baja (lo que permite sudar y enfriar mejor el cuerpo y, además, hace que el calor sea más soportable) puede permitir una mayor adaptación a este cambio climático.

Nuestra alimentación también se verá afectada por el impacto de las altas temperaturas serán la alimentación, ya que la agricultura pue podría disminuir su producción. Se incrementarán también las sequías y el riesgo de incendios. La demanda de electricidad subirá y el transporte podría ser más difícil.

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