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“Mi casa es como una prisión. Quiero ir a la escuela”

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Fares tiene 6 años, nunca ha ido al colegio, pero ha tenido muchos trabajos distintos. Él mismo nos lo cuenta en un vídeo tan corto como devastador

PlayGround

16 Septiembre 2017 17:13


Este año, el Día Mundial contra el Trabajo Infantil ponía el foco en el impacto de los conflictos y desastres en el trabajo infantil. Según los datos de la OIT, una proporción significativa de los 168 millones de niños que trabajan en el mundo viven en zonas afectadas por conflictos y desastres.

La historia de Fares nos recuerda los otros rigores del conflicto en Siria, una guerra que sigue forzando a un gran número de niños al mercado de trabajo.

Según datos de Unicef, los niños tienen que contribuir económicamente en la mayoría de los hogares en Siria y en el 47% de los hogares de refugiados sirios en Jordania.

Los refugiados sirios en Jordania y el Líbano no están legalmente autorizados para buscar trabajo y las oportunidades son muy escasas en otras regiones donde el trabajo es legal. Los adultos se ven obligados a encontrar trabajo donde pueden por salarios muy bajos. La consecuencia inmediata de esta situación es que los niños renuncian a su educación para buscar un trabajo que cubra parte de las necesidades básicas de sus familias.

Se estima que 2,8 millones de niños en Siria y países vecinos no están escolarizados.


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