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Jeanine Áñez, la vicepresidenta segunda del senado de Bolivia, se convirtió en la sucesora interina de Evo Morales en la presidencia.
Sólo una tercera parte del parlamento aprobó el nombramiento de la senadora. MAS, el partido mayoritario y hasta hace unos días oficialista, decidió no participar en la votación.
El mando militar Williams Kaliman puso la banda presidencial a Áñez, cuya llegada al poder se da después de que renunciaron, una a una, las autoridades que de acuerdo con la constitución boliviana debían asumir la presidencia.
Durante su primer discurso como mandataria interina, se comprometió a convocar elecciones tan pronto como sea posible.
En entrevista con CNN, Áñez lamentó que Evo Morales fuera recibido en México, país que desde hace décadas sigue una tradición diplomática de ofrecer asilo y no intervención en conflictos.
“A mí me dan mucha pena los mexicanos. De algo de lo que nosotros queremos salir, ellos quisieron entrar. Ojalá en México no pasen las situaciones tan desafortunadas que hemos pasado por reclamar el hecho a vivir en democracia y libertad", dijo.
Evo Morales quiere hacerse pasar por víctima en México, agregó la presidenta interina, pero “eso es tan falso como los resultados del 20 de octubre”.
Las acusaciones de Evo
Horas después de llegar a México, Morales reprobó públicamente el rol de la Organización de Estados Americanos (OEA) en la revisión de las cuestionadas elecciones que le habrían dado su cuarto mandato.
Evo Morales en conferencia de prensa desde México. Foto: Reuters
"Dije que no tenía ningún problema en que instituciones y organismos internacionales vengan a verificar jurídicamente si hubo fraude o no hubo y entre ellas la OEA”, expuso en conferencia de prensa.
"La OEA decidió una posición política y no técnica ni jurídica. Ahora me doy cuenta de algunas hermanos izquierdistas que la OEA no está al servicio de los pueblos latinoamericanos ni de los movimientos sociales, muestra del servicio del imperio norteamericano".
El fin de semana pasado, tras casi 14 años en el poder, Evo Morales renunció a la presidencia de Bolivia. Su gestión había llegado a un momento crítico después de las acusaciones de fraude en la elección realizada en octubre.
La OEA documentó irregularidades en los comicios y sugirió convocar otros. Antes de dejar el cargo, Morales había ofrecido reponer la elección, entre protestas ciudadanas y reclamos de la oposición. Mandos militares y policiales le sugirieron renunciar y así lo hizo.
Los gobiernos de países como México, Uruguay, Nicaragua, Cuba, Venezuela y Rusia han acusado que se trató de un golpe de estado, mientras que otras naciones como Estados Unidos y Brasil celebraron el cambio en Bolivia. Colombia, Perú, Ecuador, Honduras y España se pronunciaron por una convivencia pacífica en el país.
