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Prostitutas, espías e intoxicación: Cambridge Analytica por dentro

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Argentina o México son otros países donde la firma ha intervenido en procesos electorales.

Rafa Martí

22 Marzo 2018 22:29

Nigeria, Kenia, Argentina, India, México, Malasia y, por supuesto, Estados Unidos, son los últimos países donde Cambridge Analytica había dirigido campañas electorales. El escándalo sobre la recopilación de datos de usuarios de Facebook para emplearlos en microsegmentación de audiencias de forma ilegal es solo la punta del iceberg de las prácticas de guerra sucia electoral que llevaba a cabo la empresa de consultoría política de la que todo el mundo habla.

En un reportaje emitido esta semana, el canal británico Channel 4 ha revelado a través de grabaciones con cámara oculta el paquete de tácticas que Cambridge Analytica ofrece a sus clientes en todo el mundo para decantar procesos electorales a su favor, un sinfín de operaciones en la sombra para reventar la democracia sin que se perciba como tal.

Un fixer del canal se hizo pasar por un agente de Sri Lanka, que decía trabajar para una influyente familia cuya intención era que el partido en el poder revalidase su victoria en las elecciones. En las reuniones, Mark Turnbull, uno de los altos ejecutivos de la firma, asegura cosas como estas:

"Ponemos información en el flujo sanguíneo de internet y dejamos que pasen cosas", "despertamos los miedos más profundos e inconscientes de las personas para que provoquen en ellas la reacción que nosotros buscamos" o "no hay que pelear sobre los hechos, porque todo va de emociones".

"Hacemos recopilación de inteligencia, a través de organizaciones especialistas en conocer secretos", dice, en referencia a agencias privadas de exespías del MI5 y el MI6 con las que asegura que puede sacar hasta los trapos más sucios de los candidatos de la oposición. Turnbull niega que Cambridge Analytica trabaje con fake news o desinformación, ni mucho menos con tácticas sucias como enviar a prostitutas para seducir a políticos. "Es una línea que no pasamos", apunta.

La realidad es toda la contraria: el mismo CEO de la compañía, Alexander Nix, dice al falso agente de Sri Lanka en otro encuentro que pueden "enviar chicas" a la casa del líder opositor, que pueden meterse sutilmente a sacar todos los secretos mejor guardados en el armario de cualquier político. "Son solo ejemplos de lo que hacemos", apunta.

Y no solo esto: en campañas anteriores, por ejemplo en Kenia, la firma lanzó entre otros productos, vídeos apocalípticos incriminando con mentiras a Raila Odinga, adversario de su cliente Uhuru Kenyata. Cambridge Analytica participó en los procesos de 2013 y 2017 en el país africano y ambos dejaron tras de sí decenas de muertos por choques violentos entre los partidarios de bloques políticos opuestos, en quienes la propaganda y la desinformación jugó un papel crucial.

El estilo de la firma que se había convertido en un referente del márketing político después del éxito de Trump —Nix había participado, por ejemplo, en el multitudinario congreso Online Marketing Rockstars como la gran revelación— no es una excepción en empresas de consultoría política, sobre todo en el mundo anglosajón. Nix tan solo había importado las prácticas de la empresa anterior en la que estaba, SCL Group.

SCL, que recibe el nombre de Strategic Communication Laboratories es una empresa de investigación del comportamiento y de comunicación estratégica que ha participado en, al menos, 25 procesos electorales en países tercermundistas con el visto bueno de las autoridades británicas. Su negocio también ha consistido en llevar a cabo guerras de desinformación para clientes militares. Incluso ha reconocido su capacidad de ayudar en golpes de estado.

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