El polémico ministro del Interior italiano, viceprimer ministro y primer ministro de facto Matteo Salvini está en Israel para estrechar lazos con el gobierno de Benjamin Netanyahu. Salvini, perteneciente al partido ultraderechista Liga Norte, ha sido rechazado por el presidente del país Reuven Rivlin, que no quiso recibirle. Sin embargo, el primer ministro Netanyahu se dejó agasajar por un visitante que en su país difunde proclamas contra la inmigración y ha tomado posiciones abiertamente xenófobas.
El objetivo del viaje de Salvini es sumar miembros a la alianza nacional populista europea. La Unión Europea estuvo en el centro del viaje, a la que Salvini criticó duramente por sus posturas contrarias a la expansión violenta del estado de Israel en territorios palestinos. El vice primer ministro no se reunió con la Autoridad Nacional Palestina y celebró la política expansiva de Benjamin Netanyahu, que mantiene desde hace años a la población palestina aislada y víctima de un fuerte bloqueo que se ha acentuado con intervenciones militares puntuales. Estas han dejado decenas de muertes de civiles.
Durante su visita a Israel, Salvini visitó el Museo del Holocausto, monumento que rinde honor a la memoria de los 6 millones de judíos asesinados en Europa por el nazismo. Aunque la Liga de Salvini niega cualquier relación con esta ideología, movimientos abiertamente fascistas como Casa Pound apoyan al partido y aplauden las políticas que Salvini está ejecutando en Italia. El viceprimer ministro también visitó la frontera de Israel con el Líbano y no dudó en tildar a la organización chiíta Hezbollah como un grupo terrorista islámico. Hezbollah está en guerra con Israel desde hace décadas. Además, instó a los 1.200 efectivos italianos de la FINUL (la fuerza de Naciones Unidas desplegada en el sur del Líbano) a actuar con contundencia contra la organización cuando esta violase los derechos de Israel.
Sus declaraciones en la frontera han despertado la preocupación en los mandos militares italianos que temen posibles represalias sobre el contingente de la FINUL por parte del brazo armado de la milicia apoyada por Irán.
El viaje de Salvini se enmarca en un tour internacional del que pretende obtener apoyos y una voz unánime contra la Unión Europea y los movimientos demócratas-liberales. Así, antes de visitar a Netanyahu en Israel, Salvini ha hecho lo propio este año con el húngaro Viktor Orbán y el checo Milos Zeman.
Netanyahu, por su parte, no ha levantado ningún escándalo recibiendo a Salvini. Además de secundar sus políticas anti-inmigratorias para legitimar su postura hacia Palestina, el primer ministro israelí recibió al presidente filipino Rodrigo Duterte, ha celebrado en numerosas ocasiones su cercanía con Donald Trump y tiene previsto asistir a la toma de posesión del exmilitar y ahora presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, en lo que parece una internacional populista de derechas de la que Israel no quiere quedarse fuera.
