PlayGround utiliza cookies para que tengas la mejor experiencia de navegación. Si sigues navegando entendemos que aceptas nuestra política de cookies.

C
left
left
Artículo El peligro de las Tradwives: así son las amas de casa del supremacismo blanco Now

Now

El peligro de las Tradwives: así son las amas de casa del supremacismo blanco

H

 

No es una vuelta al pasado, es una ideología reaccionaria

PlayGround

23 Octubre 2019 18:39

Quizá te has cruzado con ellas en las redes sociales. Son mujeres jóvenes, mayoritariamente rubias y de voz suave, que ensalzan las virtudes de aspirar a ser la perfecta ama de casa, criar muchos hijos y hacer felices a sus maridos. Sus posts tienen títulos como '10 consejos para mujeres jóvenes tradicionales', 'Cómo educo desde casa' o 'Por qué prohibí Harry Potter'. Todo envuelto en una estética entre vintage y pastoral. Son las tradwifes y detrás de su inocente apariencia se esconde algo mucho más inquietante.

El término tradlife, abreviatura de vida tradicional, no es exactamente nuevo, pero si lo son las comunidades de mujeres surgidas a su alrededor en Twitter, Instagram o YouTube. Mujeres que adoran su hogar y creen que su único propósito vital es procrear todo lo que puedan y servir a su esposo. Mujeres que rechazan la igualdad de género y viven a imagen y semejanza de un libro de cocina de los años 50. Mujeres que, en definitiva, reniegan de cualquier idea progresista.

“Las mujeres deben aspirar a una feminidad ideal, manipular a los hombres con sus ‘encantos femeninos’ y ver la subordinación de las esposas como la base de un matrimonio feliz”

El movimiento tiene mucho de reacción al feminismo. Tal y como se explica en este artículo de Stylist, el gran faro del movimiento es Fascinating Womanhood, un libro escrito en 1963 por Helen Andelin que argumenta que la feminidad ideal a la que deben aspirar las mujeres pasa por manipular a los hombres con sus encantos femeninos y por la subordinación como la base de un matrimonio feliz.

"El movimiento está aumentando porque las mujeres han tenido suficiente feminismo en el Reino Unido y en otros lugares”, explica Dixie Andelin Forsyth a Stylist sobre el sorprendente resurgimiento del libro que escribió su madre en los años 60. "Les decimos a las feministas: gracias por los pantalones, pero vemos la vida de una manera diferente".

“Les decimos a las feministas: gracias por los pantalones, pero vemos la vida de una manera diferente”

¿Cómo es posible que 40 años después de que la segunda ola del feminismo derrocara la idea de que la sumisión doméstica era el único camino hacia la realización femenina haya tantas mujeres sumándose a esta narrativa?

Algunos expertos lo relacionan con los tiempos turbulentos en los que vivimos. El mundo vuelve a ser un lugar volátil, y tiene cierto sentido que busquemos la seguridad de nuestras cuatro paredes. Refugiarse en la familia y los valores tradicionales puede sonar inocente. Pero el movimiento tradwife esconde ideas mucho más peligrosas.

Muchas de estas mujeres no solo echan de menos las cocinas sin microondas, sino los tiempos en los que las personas de color no se mezclaban con los blancos. Es decir, no solo quieren vivir como en los años 50, sino que promulgan los valores racistas y misóginos de la sociedad de la época.

Esto no es una interpretación. Entre recetas de tartas y consejos para lavar baños, en los perfiles de muchas tradwifes se cuelan memes supremacistas y denuncias de la “invasión de occidente” por parte de los refugiados.

Esto es porque las tradwifes son, en realidad, el brazo femenino de la alt-right y el supremacismo blanco. La extrema derecha digital siempre ha sido un terreno eminentemente masculino. Al fin y al cabo la misoginia y el anti-feminismo son dos de sus pilares. Pero algunos de sus ideólogos se dieron cuenta que para ganar la batalla política a largo plazo era imprescindible incluir a las mujeres. Las tradwifes son su manera de esparcir sus ideas autoritarias enmascaradas de tradicionalismo hiperfemenino.

En el ideario que promulgan las tradwifes se entremezclan los llamamientos a preservar la predominancia blanca con la denuncia de la “degeneración” que muestran las películas y la televisión y la defensa del decoro en contraste a los “peligros” que ha traído la revolución sexual. Lo hacen adoptando el papel de víctimas de la sociedad moderna y con una convicción sectaria, lo que las convierte en especialmente peligrosas. Todavía no son un movimiento masivo, pero conviene seguirlas de cerca para evitar caer en su trampa.

share