La joven fue encontrada en una región selvática en condiciones infrahumanas, desnutrida y parte del harén sexual del líder de la secta
Patricia Aguilar se marchó de su casa, en Elche (España), al poco de cumplir la mayoría de edad. Dijo a sus padres que se iba a casa de una amiga. Envió un WhatsApp: “Estaré bien, os hablo en horas”. Se llevó una mochila con ropa. Más tarde, su madre encontró en su habitación cuadernos llenos de notas satánica, según La Sexta. Esa fue la primera pista. La segunda, que había cogido 6.000 euros y había comprado un vuelo a Perú.
Patricia ha estado año y medio fuera de casa sometida a las órdenes de Félix Steven Manrique, un gurú de 34 años una secta gnóstica Peruana apodado como Príncipe Gurdjef. Junto a Patricia, otras mujeres muy jóvenes han sido víctimas de la manipulación psicológica de este hombre que aseguraba que el Apocalipsis se aproximaba y había que repoblar la Tierra. Para ello, tenía un harén de esclavas sexuales con quienes tenía descendencia. Las captaba por internet, como a Patricia, con quien había mantenido, se sospecha, una relación virtual desde los 16 años. Patricia lo llamaba amigo. Él, esposa.
El calvario para la familia, que intensamente la ha buscado durante este año, ha tocado a su fin. El padre de la joven se desplazó a Lima en mayo para insistir a las autoridades de los peligros de este gurú después de entrevistarse con otras víctimas y corroborar con vecinos de la zona que el hombre las maltrataba y abusaba de ellas. En enero de 2018, "el príncipe" intentó captar a otra española Guipuzcoana de 18 años, según destapó Interviú. Finalmente las autoridades lo detuvieron gracias a una operación dirigida por la Fiscalía de Trata de Personas del país.
Los servicios de seguridad del país se encontraron a la joven desnutrida y en condiciones infrahumanas. También han corroborado que en este periodo la joven ha tenido un bebé con su captor. La portavoz de la familia y prima de Patricia, Noelia Bru, asegura que la chica se encuentra bien aunque “le han lavado el cerebro” y “tienen que recuperarla”. Bru también relata en El País que sobre el hombre pesaban “denuncias de otras mujeres por falta de manutención de los hijos, por violencia familiar y por abusos sexuales".
Según revela El País, Patricia se encontraba en un momento de vulnerabilidad tras la muerte de un tío con el que estaba muy unida cuando entró en contacto con Manrique a través de una red social. Es ahí donde empezó un proceso largo de coerción y manipulación. Manrique se presentaba como su única salvación al fin del mundo y como un novio, o esposo, que estaría ahí, siempre dispuesto a apoyarla en sus momentos de debilidad.
Los familiares de la joven ya están tramitando su regreso a España.