Despedido por "abusón" en el campo

En el fútbol no todo vale, y en las categorías inferiores aún menos. Los directivos, técnicos y padres del deporte formativo están obligados a entender que por encima del deporte, su función es formar a personas, aunque implique renunciar a éxitos sobre el campo.

Parece que el entrenador de los alevines del CD Serranos, un equipo de Valencia, no ha comulgado con ese espíritu formador.

Hace un par de semanas, sus niños -de 10 y 11 años de edad- golearon sin piedad a su rival, el Benicalap C, por 25-0. Un marcador demasiado humillante y que no es extraño que se produzca en estas categorías.

Sin embargo, la actitud del técnico del Serranos no gustó a sus directivos y decidieron destituirlo poco después. Al parecer, el entrenador valenciano ordenó a sus jugadores que siguieran marcando goles sin parar aunque a los 15 minutos de partido ganaban 6-0 y al descanso ya habían marcado 15.

El Benicalp C, colista de su liga, no ha sumado ni un punto y ha recibido 247 goles en contra.

"En ningún caso animó a sus jugadores a que intentasen ampliar el marcador. Al revés, les dijo que dejasen de presionar en campo contrario. Pero el Benicalap C, que no disponía de cambios, seguía atacando y dejaba demasiados espacios", defiende a su cliente Daniel Revenga, el abogado del entrenador, en El País.

Este caso ha vuelto a abrir un debate que lleva abierto demasiados años en el fútbol de formación:

¿Por qué no hay un límite de goles en el que se detenga el marcador?

Es una práctica habitual en el baloncesto, donde en las categorías inferiores se cierra la puntuación cuando un equipo llega a los 50 puntos de ventaja. Los niños siguen jugando despreocupados por la puntuación y se deja de hacer leña del árbol caído.

El problema es que los dirigentes del fútbol español no acaban de estar de acuerdo con la iniciativa y creen que no hay mayor señal de respeto que jugar al máximo todo el partido.