A Ibon Urrengoetxea le mataron cuando quería coger un taxi para volver a casa. Eran más de las 4h de la madrugada del pasado 23 de diciembre, a la salida de una cena de empresa en Bilbao.
Mientras paseaba por el Casco Viejo de la ciudad, dos jóvenes le asaltaron pegándole una patada y un golpe terrible en la cabeza. Le robaron la cartera y se dieron a la fuga. Lo que no sabían esos dos menores es que acababan de quitarle la vida a un ex futbolista de 43 años que había hecho carrera en el Amorebieta.
Dos semanas después del crimen, la Ertzaintza ya tiene identificados a los dos menores.
Uno de ellos tiene 13 años, y se entregó en la comisaría junto a sus padres. La policía ha remitido su caso a la Fiscalía de Menores, ya que no puede ser detenido ni imputado por el asesinato al tener menos de 14 años, la edad legal mínima fijada para que se le pueda buscar responsabilidad penal por el crimen.
El otro culpable de la muerte de Urrengoetxea tiene 16 años y también se entregó ayer por la tarde en el Juzgado de Guardia para prestar testimonio ante el ministerio público. Él sí podría ser imputado penalmente.
Por el momento continúa abierta la investigación para esclarecer lo ocurrido, pero el debate en Euskadi ya está servido.
¿Se debe bajar la edad de responsabilidad penal? ¿El chico de 13 años no recibirá ningún castigo solo por unos meses de diferencia? ¿Qué le espera al de 16?
Sobre estas cuestiones ha hablado el portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, quien asegura conocer a familiares de Urrengoetxea. "Este es un caso excepcional por la edad del autor de la muerte. La edad de la responsabilidad penal está bien fijada en esos 14 años, es terriblemente joven", ha expuesto en Radio Euskadi.
"¿Hasta qué edad lo vamos a llevar; hasta los 10 años, hasta los 8 años? ¿En serio nos vamos a plantear eso?", se pregunta Esteban, que defiende que al joven de 13 años se le haga un seguimiento y esté bajo tratamiento psicológico.
El futuro del otro adolescente está en manos de la Fiscalía, aunque todo el mundo espera el ingreso en un centro de menores.
