Foto @fondosur_1980
Anda el Real Madrid enfadado porque el club que ha echado a Ultra Sur del estadio Bernabéu ha tenido que ver este pasado fin de semana cómo el colectivo ultraderechista y violento ha estado presente en buen número en Mestalla en el partido que ha disputado el equipo blanco contra el Valencia.
El Madrid, según Marca, habría alertado tanto a las Fuerzas de Seguridad como al propio Valencia CF de que varias decenas de Ultra Sur tenían intención de viajar a la capital valenciana y entrar al estadio para ver el partido. No solo no se impidió la compra de entradas en zona del equipo local por su parte, sino que la policía les reubicó al lado del resto de seguidores madridistas, donde recibieron insultos desde aficionados valencianistas durante todo el partido.
La policía se defiende aduciendo que los ultras viajaron a Valencia en coches particulares y que es por eso por lo que no han podido ser detectados. Al campo, por supuesto, no entraron en grupo. Ninguno llevaba distintivos del equipo blanco. Tampoco estaban fichados por la policía. Tampoco fructificó la medida de presión del club madrileño, que amenazó a la policía, según el diario, con sacar a sus 500 aficionados de Mestalla si la policía no echaba a Ultra Sur de allí. En la temporada 2014-15 la directiva de Florentino Pérez tomó la decisión de vetar la presencia de Ultra Sur en el estadio Santiago Bernabéu.
No es el único campo donde parece que han vuelto tiempos peores. En El Molinón hemos podido escuchar durante el Sporting-Nàstic de Tarragona un cántico del colectivo fascista Ultra Boys que decía así: "No queremos jugadores de color, los queremos de Mareo y orgullosos de Gijón".
Para Ultra Boys, se trata de un reducido grupo de la grada, pero ya llueve sobre mojado en Gijón. La temporada pasada comenzó con el árbitro teniendo que parar el partido porque cada vez que Iñaki Williams tocaba el balón desde ese sector de la grada se hacían sonidos imitando a los de un mono. Este noviembre hemos podido ver a miembros de Ultra Boys en un partido del Sporting B haciendo el saludo fascista.
Y además esto sucede en semana de derbi asturiano.
Comisión Antiviolencia aun no ha decidido si declara el partido -una de las rivalidades geográficas más duras de España- de alto riesgo, pero el ambiente ya está caliente. Ultra Boys ya está comercializando pegatinas con mensajes de odio contra el Real Oviedo. A los habituales cánticos de 'Puta Oviedo, puta capital' se le suman montajes como el de un perro -Pulgoso, para más señas- con la camiseta ovetense que es degollado por Jason Voorhees de Viernes 13. El lema, "Muerto el perro, se acabó la rabia".
En redes sociales se está denunciando que el club gijonés ha reservado 300 entradas, de las 1200 recibidas para la afición rojiblanca, que están siendo repartidas entre Ultra Boys y su entorno. El Sporting lo desmiente, aduciendo de que se trata de reservas para patrocinadores y compromisos comerciales. Mayor perplejidad causa el desmentido del club con respecto a los cánticos racistas de ayer, que se pueden escuchar perfectamente en el vídeo anterior. Se hace eco de ello El Plural, donde el club niega que se haya producido tal cántico porque "no ha habido ningún jugador de color en el campo. Nosotros no tenemos ultras, tenemos un grada de animación”.