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Suárez pone en su sitio a 'Griezmann, el uruguayo'

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El uruguayo ha querido marcar las distancias con la supuesta "uruguayedad" del francés

PlayGround

04 Julio 2018 11:50

“Antoine por más que diga que es medio uruguayo es francés y no sabe lo que es el sentimiento uruguayo. Él no sabe la entrega que tenemos para triunfar en el fútbol con los pocos que somos. Tendrá sus costumbres y su forma de hablar uruguayo, pero nosotros sentimos de otra manera”.

Son palabras, relativamente duras, de Luis Suárez sobre el delantero del Atlético un par de días antes de los cuartos de final Uruguay-Francia.

El del Barcelona ha querido marcar las distancias con Griezmann y la supuesta "uruguayedad" de este, basada especialmente en la adicción al mate. También en un leve acento de esa latitud en su castellano.

¿Pero por qué Griezmann tiene ese toque uruguayo?

Para entenderlo nos tenemos que remontarnos al verano de 2009, en San Sebastián. El entrenador de la Real Sociedad, el uruguayo Martín Lasarte, andaba peinando el mercado en busca de un delantero hasta que se dio cuenta de que lo tenía en casa. Era un francés rubio de apenas 1,75.

Un Griezmann de 18 años compartiría delantera con otro uruguayo con cicatrices de mil córners, Carlos Bueno. De Bueno y Lasarte el francés aprendió a rematar de cabeza y a preparar el termo, el agua caliente y la yerba. Junto a otros uruguayos como Ifrán y Chory Castro pasaban mucho tiempo juntos. El técnico, a la vuelta de un viaje a su país, le trajo un set de mate a Griezmann, y Bueno le enseñaba canciones de los hinchas de Peñarol de Montevideo, equipo con el que Griezmann acabó simpatizando.

Cuando cambió Donosti por Madrid, el francés encontró al Cebolla Rodríguez, a Godín, a Giménez y al Profe Ortega. El corolario de esta historia es Griezmann celebrando goles con un ostentoso grito de "la concha de su madre" y por supuesto con su inseparable termo de mate.

Suárez ha querido ahora recordar que si bien Griezmann puede simpatizar con el país sudamericano, está lejos de sentir como propio el orgullo de tres millones de personas con respecto a una selección histórica. Ganadora por cierto de dos campeonatos del mundo. ¿Será este el tercero?

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