La mujer sufrió un asalto cuando se encontraba haciendo jogging por las calles de su barrio. La policía detuvo horas más tarde a su atacante tras agredir a una segunda mujer
A plena luz del día. Con coches circulando y gente arreglando los jardines de sus casas. Al agresor nada de eso le importó.
Lo que acabas de ver es un intento de violación sufrido por una mujer de 37 años en Massachusetts, Estados Unidos. Sucedió hace tan solo unos días en la población de Bridgewater en lo que parecía ser una tranquila mañana de domingo. La mujer salió a correr. Sin embargo, su recorrido se vio interrumpido cuando un hombre bajó de su coche y se abalanzó sobre ella.
Vemos cómo la mujer se ve arrastrada hasta la vegetación por su agresor. La mujer comenzó a forcejear, gritar y revolverse contra el hombre, por lo que ambos acabaron cayendo al suelo entre los arbustos, fuera de la visión de la cámara de vigilancia que tomó las imágenes.
Por suerte, cuando el hombre se levantó, salió corriendo hacia su coche y huyó de la escena, dejando a la mujer tranquila. La víctima, de esta forma, consiguió evitar que ocurriese algo más grave, aunque sin duda quedó fuertemente afectada por lo sucedido.
"No voy a dejar que me ocurra esto. No es así como acaba mi historia", ha contado la mujer que se repetía mientras forcejeaban. Por suerte, su actitud la ayudó no solo a escapar del intento de violación, sino a ayudar en la captura de su agresor.
La mujer tuvo la suficiente mente fría como para hacer una foto de la matrícula del coche de su atacante. De esta manera, la policía fue capaz de identificar y detener al sospechoso, que más tarde fue identificado como Gordon Lyons, un hombre de 57 años que ya había sido condenado previamente por violación, en 1978. Aquella misma mañana el hombre había agredido sexualmente a una segunda mujer.
Ahora mismo, la víctima se encuentra en perfecto estado, y el agresor está pendiente de ser procesado por la justicia. Sin embargo, con lo que más se queda la mujer, según sus declaraciones, es con la ayuda recibida por parte de todos los vecinos del barrio. La mayoría de ellos realizaron llamadas a la policía, informando de la emergencia. Uno de ellos destacó por su valentía.
Donald Prohovich, de 85 años, vio el ataque y se acercó a ver lo que sucedía. A pesar de no tener claro qué hacer en caso de que la situación se complicase, no dudó en tratar de salvar a la corredora. La mujer ha mostrado su agradecimiento al hombre en varias entrevistas.
Por suerte, los casos de agresión sexual han disminuido en un 63% desde 1993. Aún así, hoy en día 1,6 de cada 1.000 personas sufren algún tipo de intento de violación. Cada 98 segundos alguien es asaltado sexualmente en EEUU. Más de 570 personas son víctimas de agresiones sexuales en este país cada día. El 99% de los agresores se libran de ir a la cárcel.
Aunque la educación juega un papel muy importante en la evitación de futuros problemas de este tipo, nuestras acciones individuales también son fundamentales para mejorar la situación. Si algo podemos aprender de lo ocurrido en Bridgewater, es que no podemos quedarnos quietos ante una agresión. Si alguna vez eres testigo de algo similar, no dudes en intervenir. Incluso solo llamar a la policía puede suponer la diferencia entre un final feliz y una tragedia.
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