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Artículo Se cuela en el recinto de los elefantes en un zoo y la reacción de los animales sorprende a todos Content

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Se cuela en el recinto de los elefantes en un zoo y la reacción de los animales sorprende a todos

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El intruso abandonó el recinto 'escoltado' por los elefantes, bastante enfadados por su presencia

Playground community

25 Septiembre 2018 20:49

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¿Qué peregrina idea puede cruzar la cabeza de un individuo para que decida saltar todas las medidas de seguridad de un zoo y entrar en el recinto de un animal salvaje?

El joven que vemos en esta grabación realizada en el zoo de Copenhague el pasado 20 de septiembre no tuvo mejor ocurrencia que saltar las vayas pertinentes para colarse en el recinto de una familia de elefantes: macho, hembra y cría. La presencia de la cría es probablemente lo que más inquieta a sus padres cuando perciben a este “elemento extraño”. ¿Será un depredador de alguna clase? ¿Por qué no está dónde suelen estar todos sus iguales, ahí fuera, en vez de en nuestro terreno?, podrían pensar los animales.

Así que, justificadamente, le acosan.

Barritan, agitan la trompa, cabeza y las orejas, tensan la cola y se aproximan a él, cercándolo. La cría también, porque a su edad, todo lo que hacen sus mayores es aprendizaje. No llegan a tocarlo, pero manifiestan su disconformidad con su presencia y parecen hacerle saber que pueden tomar medidas expeditivas.

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El joven tiene un instante de lucidez y comienza a moverse, despacio. Aunque puede que lo de alzar los brazos no fuera buena idea. Afortunadamente, los elefantes se muestran enfadados pero mantienen la calma. El joven, también. Y se comienza a desplazar aunque parece que con desgana hacia un punto de la valla, para proceder a salir de allí.

No vamos a discutir ahora de nuevo la utilidad o no, la belleza o no de los zoos o su sentido práctico en una era en la que toda clase de animal conocido -o sea, casi todos- está al alcance de una cámara y por lo tanto de una pantalla. Dejemos esta vez la charla en el hecho de que este joven hizo algo indebido. Y peligroso. Y que afortunadamente puede contarlo gracias al temple y al buen juicio de los animales. Si llega a pasarle algo, hubiera puesto también en peligro a los propios elefantes.

Si lo ha hecho para quejarse de algo, mala idea. Si lo ha hecho para presumir, aún peor.

Al final el muchacho se largó sin represalias y los elefantes siguieron con su día tranquilos. Como debe ser, porque pudo ser peor.

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