En apenas un par de segundos, sin operaciones complicadas y sin que te des cuenta de nada
Seguro que has oído hablar del sistema ‘contactless’ de las tarjetas de crédito, ese chip que nos permite realizar pequeños pagos en cualquier establecimiento sin necesidad de introducir ningún tipo de clave o identificación, solamente acercando nuestra tarjeta a un datáfono. El sistema ha ido ganando popularidad porque permite a clientes y establecimientos ganar en rapidez y comodidad, pero ¿qué hay de la seguridad?
Desde que este sistema se puso en marcha, mucha gente lo mira con malos ojos. Para sus detractores, las tarjetas contactless son un arma de doble filo: sus ventajas pueden convertirse en facilidades para los amigos de lo ajeno, a quienes bastaría tener un datáfono funcionando para realizar cargos sin control alguno a casi cualquier transeúnte que lleve en su bolsillo una de estas tarjetas.
El vídeo que encabeza estas líneas es la prueba de esos temores sobre los que nos vienen advirtiendo desde hace ya algún tiempo. En él, un hombre dotado de un datáfono nos demuestra lo rápido y sencillo que es sustraer dinero de estas tarjetas. Se aproxima a otro hombre que se encuentra de espaldas en su establecimiento y cautelosamente le acerca el aparato al bolsillo trasero de su pantalón, donde se encuentra su cartera. En apenas dos segundos, el datáfono emite el pequeño pitido que confirma la lectura de la tarjeta, para después aprobar el pago. Hecho, es simple.
Vale, es sólo una demostración entre dos personas amigas, pero no deja de ser una muestra de lo fácil que sería para cualquiera con malas intenciones realizar "cargos al vuelo" de este tipo.
Una forma de hurto improbable
La viralidad alcanzada por este y otros vídeos similares ha llevado a muchos expertos a entrar en el debate de si este sistema es más o menos seguro que el sistema clásico. Y según la mayoría de esos expertos no es necesario alarmarse, ya que a pesar de la aparente facilidad que nos da a entender el vídeo, consideran muy difícil que esta situación pueda replicarse en la vida real. No niegan que sea perfectamente posible, por lo que el vídeo no miente en ningún momento.
No nos queda más opción que esperar a ver los datos reales dentro de unos años. A pesar de que las probabilidades de que ocurra algo como lo que muestra el vídeo sean bajas, conviene permanecer atentos y saber en todo momento dónde tenemos nuestras tarjetas, con el fin de limitar nuestra exposición a situaciones de riesgo.