Una mujer roba a un bebé de 11 días y todo queda registrado en vídeo

Seguramente muchxs recordáis con cariño a la niñera (sigue siendo un trabajo mayoritariamente femenino) que se ocupó de vosotrxs durante la infancia. Desde luego, los vínculos que se crean entre una cuidadora y un infante pueden llegar a ser tan fuertes como los lazos afectivos para con los propios progenitores.

Quizás ese vínculo tan especial es lo que llevó a esta joven de 21 años a llevar a cabo la descabalada idea de secuestrar a una bebé recién nacida a la que cuidaba y llevarse varios objetos preciosos en el camino.

El incidente ocurrió en la ciudad de Auckland (Nueva Zelanda). Como se puede ver en las imágenes, una mujer cubierta con un pasamontañas se adentra por la noche en casa ajena. Parece que sabe perfectamente qué puerta abrir y dónde se encuentra la bebé, a la que rapta sin ser consciente de que las cámaras de vigilancia la delatarían.

El secuestro y el hurto (dos en uno) fue orquestado por la niñera del bebé, Manukau-Togiavalu, aunque su prima fue la que se adentró en la casa. Todo estaba perfectamente planeado, hasta el punto de que la niñera primero fingió un embarazo en la vida real y en las redes sociales y hasta organizó un baby shower para convencer a todos sus allegados de que la bebé que robaría era suya.

Los padres de la niña declararon vivir mucha angustia durante las 7 horas que tardaron en rescatar a la pequeña. Por supuesto no se esperaban que esta chica cometiera tal fechoría. Confiaban en ella y había sido recomendada por una agencia de niñeras. A raíz del suceso, esta agencia ha contratado a un detective para investigar a todas las niñeras con las que trabaja.

El Tribunal del Distrito de Auckland ha condenado a Manukau-Togiavalu a tres años de cárcel por orquestar el secuestro. Su prima, cómplice y ejecutora del rapto, ha sido condenada a prestar 400 horas de servicios a la comunidad y pagar 2.000 dólares neozelandeses (algo más de 1.000 euros) a los padres.

Durante el juicio la niñera presentó una carta explicando su remordimiento. “El encarcelamiento es lo mejor que me ha pasado”, comentaba la joven, tras reconocer que sus disculpas jamás serían suficiente para los padres. Al parecer llevaba meses planeando su felonía y buscando a la familia perfecta.

Ambas, la niñera y su prima, se declararon culpables ante la avalancha de pruebas en su contra. Además del vídeo de seguridad, la prima utilizó un control remoto para abrir la puerta por la que entró y salió. Por supuesto, los padres sabían que sólo su niñera tenía una copia del mando.

Aunque se haya hecho justicia, a la madre de la pequeña le toca lidiar ahora con una tremenda ansiedad. “Por la noche me despierto cada pocas horas para comprobar que todavía está ahí”. Esperamos que poco a poco la familia puede recobrar la tranquilidad y la confianza.

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