La acción transcurre en las cercanías de San Petersburgo, Rusia. El pasajero de un taxi arroja una botella por la ventanilla mientras el vehículo está retenido en un atasco. Y eso al taxista no le sienta nada pero que nada bien. No el atasco, sino el gesto de su pasajero. El joven nunca hubiera imaginado el precio que iba a pagar por su falta de civismo.
Ya lo has visto en el vídeo que encabeza estas líneas: en cuanto el conductor se percata del lanzamiento de esa botella, detiene el taxi, sale del vehículo —disculpándose, eso sí, con el coche que está detrás de él— y... pasajero a la cuneta. Nos lo imaginamos pensando algo parecido a “Tú sí que eres basura”.
Mientras el sorprendido pasajero intenta recomponerse nos damos cuenta de que va claramente borracho. El conductor, sin dudar ni un segundo, vuelve a subir a su taxi y hace un cambio de sentido. El pasajero no puede hacer nada más que mirar cómo le dejan doblemente tirado, literalmente.
Las imágenes fueron grabadas por la cámara del salpicadero de un coche que viajaba detrás del taxi. El usuario que las subió a internet las acompañó de este comentario: “El taxista que conducía delante de mí notó que su pasajero arrojaba basura a la carretera y decidió darle una lección. Salió del coche y arrojó al pasajero. Esto es justicia”.
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¿Reacción admirable o excesiva? Ese es el debate en las redes. Y nos atreveríamos a decir que gana la primera opción. Lo que está claro es que si todos nos tomáramos tan en serio nuestra basura como este taxista habría muchos menos problemas de los que preocuparnos. Y más en un país como Rusia que, según datos de Greenpeace, produce casi 70 millones de toneladas de desechos al año.
La selección y reciclaje de residuos solo existe en un centenar de ciudades rusas y la mayoría de la basura se acumula desde hace décadas en vertederos cada vez más contaminantes. En los diez últimos años, el volumen de basura en el país ha aumentado en un 30%. Solo el 2% de esta es incinerada y el 7% reciclada, mientras que el resto se va acumulando en los vertederos.
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Esa basura no solo afea y daña el medio ambiente, sino que afecta de forma directa a la salud de sus propios ciudadanos. En el mes de marzo, unos 50 niños tuvieron que ser hospitalizados en Volokolams, al noroeste de Moscú, tras haber sido intoxicados por gases procedentes de un vertedero cercano. Miles de personas se manifestaron entonces, algo bastante raro en Rusia, para reclamar su cierre.
Desde PlayGround queremos animaros a uniros a iniciativas tan útiles como el reto viral del #Basurachallenge. Sólo tienes que identificar un lugar donde se acumule la basura, ponerte una canción y recoger todos los desperdicios que puedas en el tiempo que dure ese tema. Después nominas a cuatro personas y continúas la cadena de defensa del medio ambiente. Fácil. Y útil.
