El brutal asesinato que omite 'Wild Wild Country', el documental del que todo el mundo habla

El mes pasado Netflix estrenó Wild Wild Country, una serie documental hablando de Rajneeshpuram, la comunidad que miembros del movimiento rajnishe, liderados por el polémico gurú Bhagwan Shri Rajnísh (más tarde conocido como Osho), establecieron en Oregón entre 1980 y 1985.

A lo largo de sus seis episodios los directores del proyecto, los hermanos Chapman y Maclain May, exploran la historia de una secta en la que convivían el amor libre, las drogas y el bienestar con la corrupción, el lavado de cerebro y el bioterrorismo. Un combo de ingredientes que ha convertido a Wild Wild Country en el documental sobre el que todo el mundo habla.

Lo que los hermanos May no narran en su documental, sin embargo, es la historia de un terrible asesinato ocurrido entre miembros de la comunidad. En 1990, la alemana Friederike Kruse destripó a su ex compañera australiana Angela Bretnallen un macabro crimen que, como todo lo sucedido en aquella comuna, parece haber sido olvidado por la sociedad.

Después de abandonar Rajneeshpuram, Kruse estaba perdida. Se mudó a California y fue saltando de trabajo en trabajo, cada uno más raro que el anterior. Con la muerte de su padre en 1989 Kurse empezó a tener tendencias suicidas. Al fallecer su adorado líder espiritual al año siguiente, perdió completamente el juicio. Pensaba que los demonios habían poseído su cuerpo, que controlaban sus pensamientos obligándole a hacer cosas malas que culminaron en el impulso incontrolable de matar a otro ser humano.

Kurse, que según se comprobó después sufría de un trastorno bipolar y de personalidad, ya había puesto en peligro la vida de otras personas durante su estancia en Rajneeshpuram. En 1984, durante los enfrentamientos con la gente del pueblo, ella fue la cabecilla de un ataque en el que lograron infectar a 751 indivíduos de salmonella contaminando bufés de ensalada de la ciudad. En 1990, volvió a las andadas cuando las voces en su cabeza le dijeron que pusiera champú para los piojos en las botellas de Gatorade de los supermercados.

En marzo de 1990, tres meses después de la muerte de Bhagwan, Kruse había dejado el trabajo y vivía en su coche. Se dedicaba a pinchar ruedas de los coches y después rajarse las muñecas con una cuchilla de afeitar. Una vez las voces en su cabeza llegaron a decirle que subiera al Golden Gate y saltara, pero antes de dar el paso mortal decidió no hacerlo. Durante este periodo tuvo que ser ingresada en el hospital en varias ocasiones.

El día que Kruse fue a visitar a su antigua amiga de Rajneeshpuram Angela Bretnall, que entonces trabajaba como limpiadora en una casa, su locura acabó de estallar. Kurse la apuñaló hasta la muerte para después, mientras corría desnuda gritando por la casa, volver el arma en su contra y empezar a clavarse el cuchillo en su cuello y su cuerpo.

Cuando la policía la encontró estaba chillando: “¡La maté!¡Soy un demonio!¡Le estaba haciendo el amor!”. El cadáver de Bretnall tenía un corte que la cruzaba el pecho a la cadera. Kruse le había sacado los ojos y se había cubierto la boca y el rostro con los intestinos de su propia víctima. Kurse no fue condenada por asesinato por considerarla que la causa de sus actos fue la locura, y fue encerrada en un hospital mental con una condena de 20 años a toda la vida.

Según relató la propia Kruse al San Francisco Chronicle en 2004, su relación previa con la víctima no tuvo nada que ver con lo sucedido: “Nunca la odié, estaba delirando. Me siento terriblemente mal por lo que dije”.

Según dijeron los directores de Wild Wild Country a Esquire, durante su investigación nunca se cruzaron con el relato de este crimen, pero que recalcaron que “aunque lo hubiéramos hecho, no lo hubiésemos incluido en Wild Wild Country”, dijeron en una declaración conjunta .

“Nuestra serie se centra principalmente en los eventos sucedidos en el este de Oregon entre 1981 y 1985, y este horrible asesinato ocurrió cinco años después del colapso de la comuna en el norte de California”. Y añadió, “Después de leer el artículo sobre ella, me imagino que el asesinato de Angela Bretnall merece un documental propio”.

Actualmente, Kurse sigue internada.