Censuraron este drama lésbico y su directora se enfrenta al gobierno de Kenia

Rafiki, ya en el punto de mira de la junta de calificación cinematográfica de Kenia antes siquiera de rodarse, fue prohibida en su propio país el pasado abril. ¿La razón? La segunda película firmada por la directora Wanuri Kahiu muestra un romance lésbico, en una geografía donde las relaciones homosexuales son penadas con hasta 14 años de cárcel.

Rafiki, cuya premiere tuvo lugar en la última edición del Festival de Cannes, ve frustrada así su carrera hacia los Oscar: para competir como Mejor Película Extranjera, el título debería haber tenido estreno comercial en su país de origen. Kahiu, en respuesta a esta censura, ha decidido querellarse contra Ezekiel Mutua, de la junta de calificación.

Pese a la persecución de títulos como Rafiki, en 2016 la Kenia Film Commission valoró en 2.000 millones de dólares la recaudación de títulos de ámbito nacional.

Mutua, que anteriormente definió la película de Kahiu como “una historia sobre las realidades de nuestro tiempo”, tuvo que acabar cediendo ante las presiones del resto de miembros de la junta, así como las de un fiscal general del estado al que Wanuri también habría incluido en su denuncia.

Adaptación de Jambula Tree, un relato corto de la escritora natural de Uganda Monica Arac de Nyeko, Rafiki vuelve a evidenciar lo caduco de las leyes que rigen la cinematografía en Kenia. Entre ellas, está la que confiere potestad al gobierno para “controlar la producción y distribución” de todo el material audiovisual del territorio.

Dichas leyes serían anteriores, incluso, a la conquista de independencia de 1963, cuando Kenia dejó ser una colonia supeditada a Reino Unido.