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La decisión de Scarlett Johansson puede ser el principio del camino para los actores trans

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Scarlett lo ha entendido: los actores trans están marginados en Hollywood. ¿Puede su retirada de 'Rub & Tug' marcar un antes y después?

Rubén Serrano

17 Julio 2018 10:35

Scarlett Johansson sufrió un linchamiento online después de anunciar que se pondría en la piel de un hombre trans en la cinta Rub & Tug. La crítica era clara: ¿Por qué contratar a una intérprete cis para hacer un papel trans cuando hay actores trans que también lo pueden hacer, que esperan deseosos una oportunidad laboral y que suena, a priori, más lógico? Con esto, tras varios días de reflexión y de hacer un esfuerzo sobre el porqué de este enfado, Scarlett decidió rechazar el papel. Scarlett lo había entendido todo.

Hollywood nos ha malacostumbrado a ver a grandes actores y actrices cis protagonizando historias transexuales con las que, además, se han llevado algún que otro reconocimiento: Jared Leto en Dallas Buyers Club, Hilary Swank en Boys don’t cry o Felicity Huffman en Transamerica son solo unos ejemplos recientes.

Mientras esto sucedía, la meca del cine relegaba sistemáticamente y por inercia a los profesionales trans a los márgenes de la industria. Por una parte, no cuentan con las mismas ventajas que sus homólogos cis cuando se presentan a castings, aparte de que no suelen ser tan bienvenidos en los procesos de selección. Para hacernos una idea de las limitadas ofertas laborales a las que optan, tan solo en 2017 las personas trans registraron la mayor tasa de desempleo en Europa, oscilando entre el 85 y el 90 %. Por otra parte, contadas son las ocasiones en las que una historia trans se lleva a la gran pantalla y, cuando eso sucede, tienen que lidiar con infinitud de clichés como ver a un hombre luciendo una larga peluca para reflejar su realidad o una mujer rapándose el pelo.

Jared Leto en 'Dallas buyers club'.

Puede parecer que Hollywood se ha abierto a la diversidad, pero eso es solo un espejismo. Según el último informe de GLAAD, una organización que promueve una visibilidad veraz y objetiva de la comunidad LGTB+ en los medios, de 109 películas estrenadas por los grandes estudios de Hollywood durante 2017, en tan solo 14 de ellas había algún personaje homosexual o bisexual; lo que supone un descenso del 18,4 % respecto de 2016. Y lo más preocupante de todo: en ninguna había algún personaje trans.

El asunto de la cuestión no reside en que Scarlett Johansson o cualquier otro intérprete cis no pueda interpretar nunca más a alguien trans. Por supuesto que pueden, ya que el cine es justamente eso: una expresión artística destinada a retratar personajes diferentes. La norma general se ha convertido en ver a un intérprete cis actuando de trans pero, ¿cuántos actores y actrices trans han logrado encarnar a alguien cis? O, más bien, ¿cuántos actores y actrices trans han conseguido un papel en una gran producción de Hollywood?

Este debate viene a plantear que quizá la mejor forma para permitir que los profesionales trans tengan una oportunidad laboral dentro de Hollywood es dejándoles protagonizar las historias trans.

El problema aquí radica en que los papeles relevantes para intérpretes trans son casi inexistentes. Justamente, la mayoría de actores y actrices se tienen que conformar con papeles secundarios de personajes trans en cintas más modestas y, para una vez que habrá una superproducción sobre un historia real trans, Hollywood decide que el papel tiene que ir para una megaestrella cis. Los profesionales trans no juegan en igualdad de condiciones que una A-list star como Johansson.

Que nadie se confunda entonces. El objetivo de este debate no es que un personaje trans tenga que ser interpretado sí o sí por una persona trans. Eso sería absurdo porque tienen que aspirar a poder hacer cualquier papel. Toda esta polémica viene a plantear que quizá la forma idónea y más acertada para que los profesionales trans se abran por fin camino dentro Hollywood es dejarles protagonizar las historias trans; historias que además les son legítimas.

A Scarlertt no le cambiará la existencia rechazar este papel, porque no le faltaran oportunidades para conseguir cualquier otra película. No obstante, un papel así sí que le puede cambiar la vida y el futuro laboral a un intérprete trans. Daniela Vega, protagonista de la cinta chilena Una mujer fantástica, lo sabe de primera mano.

Daniela Vega en 'Una mujer fantástica'.

Por si fuera poco, las afirmaciones categóricas que sostienen que los directores no cuentan con actores trans porque o no hay tantos o porque no están a la altura son pura falacia. Durante años hemos visto como los Premios Oscar tenían lugar año tras año sin ver nombres de mujeres en fotografía, efectos espaciales e incluso en dirección. Este vacio no se debe a que no haya mujeres con talento en estos ámbitos, sino a que la industria no cuenta con ellas para trabajar. Y esa razón es extrapolable a las personas trans. Los actores y actrices trans existen y además cuentan con gran potencial, tan solo hay que mirar un poco para encontrar nombres como Laverne Cox, Murray Hill, Chaz Bono, Scott Turner Schofield, Jamie Clayton, Elliot Fletcher, Ian Harvie, Jen Richards, Alexandra Grey, Indya Moore y un larguísimo etcétera.

Dar un paso atrás como ha hecho Scarlett y ceder su espacio a la comunidad trans es un acto digno del “Inclusion Rider” que tanto pedía Frances McDormand este año en los Oscar. Las dos palabras hacen referencia a una petición de compromiso a Hollywood para que garantice la diversidad de género, racial, sexual y de identidad no solo en las películas, sino también el equipo que está detrás. Ya lo apuntaba Jamie Clayton (Sense 8) en una entrevista reciente: “Lo que quiero en un futuro es que a las personas trans nos permitan hacer castings, formar parte del proceso de escritura de los guiones, estar en las oficinas de producción y detrás de la cámara. Si queremos una verdadera visión trans en las películas, hay que contar con personas trans”.

El cambio de este paradigma debe empezar en las entrañas de Hollywood y la retirada de Scarlett Johansson puede ser el principio del camino para los profesionales trans. Scarlett ha hecho lo correcto, todo lo contrario que Paco León hizo en territorio patrio. A fin de cuentas, se trata de una cuestión de solidaridad y de revisión de los privilegios que nos vienen dados desde que nacemos. Si todavía faltan referentes de intérpretes trans a nivel mundial es porque la industria los invisibiliza. En toda lucha, la unión y la hermandad hace la fuerza y eso Scarlett lo ha entendido bien.

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